Sobre la obra

Viaja para vivir es un libro espléndido, no sólo por la calidad de su factura, o por la belleza de las imágenes mostradas en sus páginas, lo es también porque su autor, ofrece a sus lectores un testimonio de lo que es andar el mundo, gozarlo a plenitud para luego explorarlo, reflexionarlo, poner a prueba la condición humana (la suya y la de sus pueblos que visita) y, a partir de sus experiencias de viaje, no sólo como observador sino como partícipe, entregar sus visiones e impresiones de los rincones que ha pisado.

En esta obra, que inicia con una exploración de su terruño, la Baja California y sus misiones, el Mayab y sus secretos, algunos rincones de nuestra América como Costa Rica, Panamá, Argentina y Colombia, atraviesa los límites antes imaginados por él y vira su brújula al oriente asiático, en donde los guerreros de terracota transmutan a su espíritu y revuelven a la vida en una sucesión de imágenes por demás portentosas.

Asia y sus contrastes, su tradición y su modernidad tienen la fortuna de ser reproducidas a través de fotografías y bitácoras que describen la experiencia, con luje de detalle, para llevar al lector a vivenciar cada uno de los pasos que Oviedo Villavicencio anduvo. Sendas que lo hicieron cuestionarse una y otra vez qué tanto se tiene que viajar para vivir.

1a edición, 2013
21 x 14 cm, 232 págs.
ISBN: 978-607-96277-2-0
Colección: Arte y Cultura / Especiales de Luis Fernando Oviedo Villavicencio (crónica y fotografía)

Sobre el autor

Luis Fernando Oviedo Villavicencio es maestro de planta del CETYS Universidad desde 1985 en las áreas de finanzas y contabilidad. Además de ser un académico tenaz, es un ciudadano del mundo que se entrega y comparte sus huellas espirituales, reflexivas y pictóricas. Ha publicado Medio mundo en un par de zapatos y Viajar para vivir. Con El águila y el dragón. Un cielo compartido confirma su gesto generoso, sensible a la belleza y, al mismo tiempo, crudo y honesto, valores que configuran su carácter. El gusto por la cocina también lo ha llevado a olfatear las recetas de los países visitados.