ProMéxico: Una Nueva Promesa para el Desarrollo

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  La progresiva pérdida de competitividad de nuestro país en  la última década y, en contraste, el vertiginoso avance de algunas naciones asiáticas en la feroz lucha por los mercados internacionales, nos enfrentan al reto impostergable de replantear las estrategias nacionales de desarrollo. En efecto, si bien los ejes de la inserción de nuestro país en la economía internacional modificaron sustancialmente el modelo de economía cerrada dando paso a la apertura comercial y a la apuesta por la globalización,  estos cambios no han sido suficientes para  erradicar  graves problemas como la pobreza y la desigualdad social.  Por otra parte, en la cerrada competencia  internacional, nuestro país pierde espacios que son ocupados por países con estrategias económicas más exitosas. Así lo muestran indicadores internacionales como el del Foro Económico Mundial que en su reporte 2006-2007 ubicó a nuestro país  en el lugar 58 de 125 naciones, después de haber ocupado la posición 31 en el año 2001. Las tareas pendientes que tenemos como Nación son múltiples, pero sin duda uno de los aspectos relevantes se refiere a la planeación, coordinación y promoción del sector exportador y la atracción de nuevas inversiones, aspectos que, en virtud de su carácter estratégico, deben ser parte esencial de la agenda gubernamental. En ese contexto debemos entender la reciente creación de ProMéxico, organismo incorporado a la Secretaría de Economía, cuya objetivo primordial es el fortalecimiento de la participación de nuestro país en la economía internacional. ProMéxico surge como resultado de la decisión de la actual administración de quitar al Banco Nacional de Comercio Exterior (BANCOMEXT) las actividades relacionadas con la promoción de las exportaciones, y con ello dejarle al banco únicamente los aspectos de financiamiento para el sector externo. ProMéxico no sólo incorporó en sus funciones las antiguas tareas de BANCOMEXT, sino que pretende coordinar los esfuerzos nacionales de atracción de las inversiones extranjeras. Para cumplir con su cometido, ProMéxico pretende homologar las políticas de promoción de los tres niveles de gobierno. Además de sus oficinas en cada uno de los estados y el Distrito Federal, está trabajando con las organizaciones privadas del sector exportador, como el Consejo Mexicano de Comercio Exterior (COMCE), para conjuntar esfuerzos en la búsqueda de nuevos mercados e inversiones. ProMéxico cuenta con una unidad de inteligencia que se encarga de analizar las oportunidades de negocios por sector, empresa, país, región, estado y municipio. La idea es, de acuerdo al propio organismo, mostrar una sola cara de México hacia el exterior.Es incuestionable que un país necesita de un proyecto nacional y de una coordinación estratégica para buscar un mejor posicionamiento en la economía global, y en ese sentido se requiere de organismos especializados que dirijan los esfuerzos de los sectores público y privado hacia ese fin. De hecho, existen varios ejemplos exitosos en otros países  como el Japan External Trade Organization de Japón o el Instituto de Comercio Exterior de España. Sin embargo, en nuestro país coordinar es a veces sinónimo de centralizar decisiones, que generalmente se fundamentan en una óptica unilateral del desarrollo. Por ello, si bien la creación de ProMéxico parece una decisión atinada del gobierno de Felipe Calderón, es importante que este organismo escuche las demandas de los estados, considere sus necesidades y canalice equitativamente sus programas de promoción.

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