¿No más puentes? Sectores económico y comercial serían afectados

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La iniciativa presidencial de disolver los fines de semana largos debe analizarse a fondo, pues sus implicaciones son múltiples para los sectores productivos y comerciales, consideró la Doctora Bertha Martínez Cisneros, Coordinadora de la Licenciatura de Logística Internacional  en CETYS Universidad Campus Mexicali

La modificación de los días feriados previstos por la Ley Federal del Trabajo (LFT), para disolver los fines de semana largos y regresar las conmemoraciones a la fecha del calendario ordinario, es un tema que debe analizarse a fondo, contemplando sus pro y contras, pues hacerlo no solo impactaría en la esfera educativa, sino en muchos de los ámbitos productivos del país.

Así lo explicó la Doctora Bertha Martínez Cisneros, Coordinadora de la Licenciatura en Logística Internacional CETYS Universidad Campus Mexicali, como reflexión a la reciente iniciativa del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien busca realizar dicho ajuste.

En caso de prosperar, la propuesta emitida por el titular del Poder Ejecutivo Federal terminaría con los días de descanso obligatorios, considerados para el primer lunes de febrero, cuando se conmemora la Promulgación de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, que se llevó a cabo el 5 de febrero de 1917; el tercer lunes de marzo, cuando se conmemora el natalicio de Benito Juárez, ocurrido el 21 de marzo de 1806, y el tercer lunes de noviembre, Aniversario de la Revolución Mexicana que se conmemora originalmente el día 20 de ese mes.

cetysLa académica indicó que antes de que esta iniciativa llegue a la instancia legislativa, deben estudiarse sus posibles consecuencias. “Cuando se tome esta decisión debe existir un consenso, por parte de los sectores que se verían comprendidos en este nuevo panorama. Tanto las diferentes Secretarías, como la de Economía, de Turismo, del Trabajo, de Hacienda y Educación, así como organismos empresariales y otros gremios de la sociedad”.

Dichos actores deben tener en cuenta que, en el caso específico de las zonas fronterizas del país, esta medida puede afectar los ámbitos de la logística y el comercio exterior, ya que serían particularmente sensibles al cambio, debido a las operaciones binacionales que se mantienen con Estados Unidos y que se podrían complicar al interrumpir su flujo.

“Es mucho más viable programar y trabajar una semana de 4 días hábiles, pero continuos, que cortar la semana y afectar la operación aduanera con Estados Unidos ya que se sigue el criterio de cerrar los puertos fronterizos; por ejemplo, si Estados Unidos tiene fin de semana largo no hay operaciones del lado mexicano, y viceversa. Por la propia inercia del trabajo es más productivo tener un día inhábil en lunes o en viernes”, detalló.

Para la industria, la llegada de una fecha cívica conmemorativa a mitad de semana puede representar incertidumbre, e incrementar las probabilidades de ausentismo laboral, haciendo que el trabajador considere menos negativo extender su descanso, no asistiendo a trabajar al día siguiente del feriado.

“Es bien sabido entre gerentes y jefes de las diversas industrias y comercios que cuando se paran labores un jueves, por ejemplo, la probabilidad de que haya inasistencias injustificadas el viernes es muy alta. Hay que tener cuidado de que no fomentar este tipo de prácticas que son perjudiciales y que no nos conducen al objetivo de esta modificación al calendario de días no laborales”.

Por otra parte, al extinguirse la posibilidad de disfrutar de fines de semana largos y programados, quienes forman parte de la vida productiva perderían la oportunidad de planear viajes y otras actividades recreativas, frenando la derrama económica que los “puentes” generan durante estas fechas.

“La Secretaría de Turismo ha publicado datos estadísticos señalando que en estos fines de semana largos la ocupación hotelera alcanza hasta un 63%, lo cual es bueno considerando que lo que se promueve aquí es el turismo nacional y la oportunidad de que podamos disfrutar y conocer los atractivos turísticos de nuestro país. Simplemente, si la gente deja de viajar o salir, dejarán de gastar; dejaran de comprar a los comerciantes, a los restauranteros, a las personas que ofrecen sus servicios a los turistas… En general, se dejará de generar esta derrama y sobra decir que esto no sería positivo para la economía de México”.

Otras alternativas

Considerando que México es uno de los países con menos vacaciones al año a nivel mundial, los fines de semana largos vienen a subsanar un poco la necesidad de descanso y tiempo libre de quienes forman parte de la vida laboral. Contar con días de esparcimiento para llevar a cabo las actividades de su preferencia, motiva el desarrollo integral de los trabajadores e incluso, impacta en su productividad.

“Los fines de semana largos son una buena oportunidad, lo veo como una necesidad, para ausentarse y disfrutar a la familia ya que esto ayuda a las empresas, diversos estudios y especialistas en comportamiento organizacional así lo indican; cuando el trabajador está contento es más productivo”, señaló la académica.

En opinión de la Dra. Bertha Martínez Cisneros, podrían existir otras acciones a implementarse para reforzar la memoria histórica colectiva, y generar un mayor y mejor sentido de identidad y valores patrios entre la población mexicana.

“Creo que en México hay gente con mucho talento, historiadores, educadores, académicos, que podrían proponer maneras de acercarnos a la historia sin considerar esta medida. Este es un tema que va mucho más allá de las fechas, y tiene que ver con la generación de toda una estrategia que verdaderamente incentive el civismo y el reconocimiento de la historia, y así buscar un punto medio, porque no se trata de condenar o aceptar nada más porque sí esta propuesta, sino de buscar lo más conveniente para todos los mexicanos”, finalizó.

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