Cómo ser usuarios responsables de la información durante la pandemia

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La ansiedad y el surgimiento de teorías conspirativas son dos de los impactos de la ausencia de información fidedigna. Existen algunas acciones que los consumidores de la información podemos emprender para evitar ser víctimas de ambos 

La crisis mundial a raíz del COVID-19 ha propiciado múltiples análisis en torno a cuestiones médico-sanitarias, económicas, sociales y políticas, entre otros ámbitos de la sociedad.

El campo de la información no es la excepción; al contrario, tras la pandemia, se visualizan grandes retos que deberán resolverse para bien de toda la humanidad, señaló el Dr. Daniel Sanabria Director Estatal de Bibliotecas del Sistema CETYS Universidad.

Uno de ellos, indicó, es la ausencia de información. Actualmente es común que los datos se difundan de manera acelerada. Sin embargo, la falta de información comprobable, confrontable y verificable, ha sido una constante durante la emergencia sanitaria.

Los impactos más sensibles de la falta de información fidedigna probablemente son la ansiedad y la aparición de teorías conspirativas, cimentadas sobre una base de datos aislados, que en ocasiones son reales, pero fuera de contexto.

Existen algunas acciones que, como consumidores de la información, podemos emprender para evitar ser víctimas de falsas teorías y daños del mal manejo de los datos, expuso el Dr. Sanabria.

1. Discriminar o depurar la información: No solo se puede recibir información de cada país o territorio por parte de un organismo internacional como lo es la OMS, sin definiciones estandarizadas de datos estadísticos. Sin embargo, de entre toda la información disponible en la red y medios de comunicación, debemos seleccionar la que cuente con firma o respaldo de personalidades u organizaciones dedicadas a la labor profesional del ámbito del que se trate.

2. Compartir información fidedigna y transparente: Una vez identificadas las fuentes de información confiables, debemos compartir solamente los datos que de ellas emanen. Si esto no ocurre, se pueden generar precisamente los problemas que deseamos evitar, por ejemplo, al exagerar o no dar a conocer la verdadera magnitud de un fenómeno.

3. Convertirnos en ciudadanos digitales: Mediante el reforzamiento de nuestras habilidades de lectura y comprensión, lograremos ser ciudadanos digitales capaces de entender y manejar de manera ética datos e información, bajo los principios que implica el compromiso social.

“Cuando lo político se cruza con la información, la información se vuelve en herramienta del poder, y su manipulación genera muchos problemas. Causa problemas entre países, causa problemas entre grupos sociales y personas, causa problemas dentro de las naciones, entre otros conflictos. Como espectadores, debemos estar preparados para identificar intenciones maliciosas y datos manipulados, para prescindir de ellos y optar por fuentes, que basen su ejercicio en la transparencia y la objetividad”, concluyó.

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