A sus casi 60, combate incineraciones trágicas

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Con más de cinco décadas de vida, Amós Rangel se dedica a uno de los oficios que conlleva más riesgos: ser bombero.  Tras sus  23 años operando en la ciudad de Mexicali, Rangel comenta al respecto:

bom-2“mi satisfacción es extinguir todo tipo de peligro y salvar vidas a pesar de las adversidades que se presenten”.

Las personas que pretenden dedicarse a este oficio, dijo, deben de tener los conocimientos para afrontar cualquier situación, desde lo más simple a lo más complicado.

“Para ser bombero no solo se necesitan agallas, si no también aprender de cada situación para sacar experiencia y mejorar cada vez más”, puntualizó.

Sobre sus jornadas,  Amós Rangel atiende aproximadamente de 2 a 3 incendios a grande escala al mes y  le ha tocado una muy extensa variedad de situaciones; desde bajar a un felino de un árbol, hasta casas o edificios que se están incendiando con llamaradas a grandes magnitudes. Enfatizó que todos los escenarios deben de ser analizados para así poder ser resueltos con estrategias eficientes.

Al respecto de sus pasiones, comentó que dos de ellas que más lo motivaban a seguir adelante, no lo solo profesionalmente sino también en el ámbito axiológico, son su familia y sus hijos.

**Este artículo es publicado simultáneamente en el periódico LA CRÓNICA,  a través de su edición en línea, mediante el proyecto #GeneraciónDelCambio. 

panchoAutor: Francisco Alejandro Espinoza Farías, 16 años, integrante de la 2da. Generación del Taller de Periodismo, ofertado en Preparatoria CETYS, Campus Mexicali.

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