Reinvención de la estructura laboral post pandemia

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Se requerirán ajustes severos en las expectativas de colaboradores y empresarios, siendo los segundos responsables de crear comportamientos tendientes a  conductas enfocadas a la eficiencia y eficacia con un alto grado de adaptabilidad

Con respecto a las formas de organización y de trabajo que deben imperar bajo la nueva normalidad de los sectores productivos, existe la necesidad de diseñar y estructurar planes de trabajo que den una continuidad a los ya establecidos, para no generar un caos organizacional. 

Estos planes deben aplicarse de manera asertiva, planeada y estructurada con base en la ingeniería organizacional, direccionada a la adquisición de competencias laborales para poder abordar las diferencias y exigencias que presentan las condiciones dictadas por la pandemia, consideró la Dra. Victoria González Gutiérrez, profesora de tiempo completo de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad Campus Mexicali.

Los cambios necesarios en la práctica laboral traerán ajustes severos en las expectativas de los colaboradores y empresarios, siendo estos últimos quienes buscarán crear comportamientos organizacionales tendientes a la consecución de conductas enfocadas a la eficiencia y eficacia con un alto grado de adaptabilidad. 

“Esto es sólo el inicio de un nuevo modelo de trabajo que había permanecido prácticamente estático, sin cambios radicales, la pandemia generó un verdadero movimiento que logra romper con esos esquemas tradicionales de la fuerza laboral,  ya que  la mayoría de esas prácticas y, por consecuencia, los procedimientos y los sistemas de trabajo, nacieron para satisfacer el auge de una fuerza laboral, que trae consigo nuevas estructuras que darán origen a una cultura organizacional basada en la resolución rápida de problemas”. 

Esto implica un seguimiento estricto del desarrollo de las actividades de los colaboradores; a esto se le suma un nuevo formato de trabajo basado en ambientes virtuales y tecnológicos, lo cual requiere de un trabajador que amase la disciplina, que se mantenga firme y tolerante a una nueva normalidad laboral.

La organización debe estar pendiente y generar toda una estructura normativa tendiente a proporcionar un proceso de capacitación que considere las nuevas estructuras tecnológicas y los nuevos procedimientos que empleará el colaborador para el desarrollo de sus funciones, indicó la docente.

Esto conlleva también la implementación de un sistema interno que verifique que todos los procesos estructurados para el desarrollo del trabajo de los colaboradores se estén aplicando de manera asertiva y adecuada, con base en la medición de resultados, y proponer las medidas adecuadas de capacitación para obtener los beneficios deseados.

La organización debe considerar en primera instancia al colaborador, cuidando su bienestar físico y mental. “Bajo este supuesto, las organizaciones deben crear y establecer estructuras flexibles de trabajo que aseguren un espacio libre de estrés lo cual implica un verdadero reto para todas las organizaciones. Los expertos en clima organizacional aseguran que un efecto colateral de la pandemia, una vez que se hayan abierto todos los espacios de trabajo, será la salud mental, ya que estos cambios pueden provocar un incremento severo en ansiedad y depresión”.

Sin embargo, aún hay empresas que no le dan importancia a esta situación, arriesgándose a las consecuencias del desempeño de un colaborador cansado que tiende a ser conflictivo, no asertivo y poco productivo. 

“De ahí la importancia de plantearse, ¿La estructura laboral se debe reinventar?, ¿Qué hemos aprendido? ¿Debemos revisar cómo estamos realizando nuestros procesos?, lo que hacíamos antes de la pandemia, ¿nos mostró que mejoramos o empeoramos?”, concluyó la Dra. Victoria González Gutiérrez.

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