Meraki, el proyecto emprendedor finalista en el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2020 y de beneficio a personas con discapacidad

Nuevamente estudiantes de CETYS Universidad destacaron como finalistas en el Premio Santander a la Innovación Empresarial, ahora en su edición 2020, en esta ocasión “Meraki” se posicionó como uno de los mejores 20 de 1800 equipos que participaron. Este proyecto emprendedor busca apoyar a personas con discapacidad severa con equipo que permita usar herramientas digitales y de esta manera comunicarse, estudiar y hasta trabajar.

Isaura Lara Arenas, CEO de Meraki, y Alejandra Paola Guerson Esquivel, COO de Meraki, son estudiantes de la Maestría en Administración de Negocios (MBA) en Campus Tijuana, junto con José Ángel Lara Arenas impulsan Meraki con la misión de fomentar la inclusión de las personas con discapacidad mediante la concientización, educación, promoción, diseño, desarrollo y distribución de soluciones tecnológicas.

“Para nosotras Meraki es una oportunidad de facilitar y hacer herramientas para personas con discapacidad que les permita usar computadoras, teléfonos. Más allá del ocio, que puedan continuar sus estudios e incluso buscar una carrera profesional e ingresar al área laboral. Es apoyarlos para que puedan lograr sus metas bajo sus condiciones”, explicó Isaura.

Gracias a su experiencia en la atención a este grupo en específico, encontraron una gran necesidad de tecnología a precios accesibles y personalizadas a cada una de estas personas, que es difícil encontrar en México y es costoso importarlo de otros países. Por ello combinaron sus diferentes conocimientos en Medicina e Ingeniería biomédica.

Isaura Lara y Alejandra Guerson refuezan su proyecto Meraki a través del MBA en CETYS Universidad Campus Tijuana

“Nos conocemos desde que estudiamos juntas la preparatoria, cada quien buscó su camino universitario y para la Maestría, decidimos entrar a una Maestría en CETYS para darle continuidad a esta necesidad a través de Meraki. Reconocemos que necesitamos trabajar en equipo para poder llegar más lejos, nos complementamos. Antes era una idea de tres muchachos, pero no teníamos la estructura de una organización que ya logramos iniciar ahora con nuestra preparación con CETYS”, narraron las estudiantes finalistas al premio Santander.

Un área de oportunidad que tienen, reconocieron, es el trabajo administrativo, el cual han podido atender a través del MBA en tanto Contabilidad, Recurso Humanos, capacitaciones, por mencionar algunos. Durante sus clases han encontrado detalles para mejorar, con ello ha avanzado y no se quedó como una tarea en papel o en documento.

“No solo creamos dispositivos, sino oportunidades de cambiar vidas”, reflexionó Alejandra al responder cuál es el objetivo de Meraki.

Este proyecto emprendedor logró ser finalista en la categoría Prototipo y quedó como uno de los mejores 20 proyectos, aunque no ganaron tienen claro que su objetivo es una necesidad real que tendrá continuación. Además de ser finalistas en el Premio a la Innovación, han ganado y destacado en otros galardones como: primer lugar en el concurso Cityborder.mx en 2019, primer lugar en The Pitch Workshop Day del CDT, segundo lugar en Re-diseña frontera en 2018, así como el Premio Municipal a la Juventud y Premio Estatal de Baja California en 2019, entre otros.

LA REALIDAD EN MÉXICO PARA PERSONAS CON DISCAPACIDAD

De acuerdo con datos de INEGI, para 2014, 7.1 millones de mexicanos (6% de la población) cuentan con alguna dificultad para hacer alguna de las ocho actividades evaluadas: caminar, subir o bajar usando sus piernas; ver (aunque use lentes); mover o usar sus brazos o manos; aprender, recordar o concentrarse; escuchar (aunque use aparato auditivo); bañarse, vestirse o comer; hablar o comunicarse; y problemas emocionales o mentales.

El nivel educativo predominante de la población con discapacidad de 15 años y más es la primaria: de cada 100 personas, 45 tienen ese nivel. Una buena proporción de personas de este grupo poblacional no cuenta con algún nivel de instrucción, 23 de cada 100 no tienen escolaridad y sólo 7 cuentan con educación superior, situación contraria a lo que sucede en la población sin discapacidad ni limitación, que de cada 100, 3 no cuentan con escolaridad y 21 poseen educación superior.