Los retos que ahora habrá que enfrentar

Al parecer y de acuerdo a los esfuerzos que en materia de prevención y contención de la pandemia nuestros gobiernos han venido realizando, es muy probable que en lo que resta del presente año, tanto las actividades económicas como las relacionadas con la vida cotidiana vayan retomando sus ritmos habituales.

Al respecto habrá que tener en mente que, aunque tal situación se llegara a dar en un periodo de tiempo breve, esto no hará que la economía regrese a los niveles con que operaba a principios del 2020. Para las Empresas y Negocios, será muy importante comprender ahora los efectos que le han causado a la economía decisiones tales como las de reducir de manera constante y progresiva los niveles de producción que, si bien fueron medidas tomadas para mantener operando a sus organizaciones, afectaron la capacidad de compra de los consumidores en general.

En principio, las referidas reducciones desencadenaron la necesidad de despedir a un significativo número de empleados quienes a partir de ese momento dejaron de percibir un ingreso que les permitía adquirir cierta cantidad de bienes en los mercados; esta condición está generando ahora que las familias adquieran una cantidad de bienes menor a la que usualmente compraban. Con base en lo anterior, nuestras preocupaciones deberán enfocarse mucho más en el tema de cómo plantearan los gobiernos reactivar la economía en cada entidad, que en las fechas en que finalmente regresaremos a la nueva normalidad pues, aunque todos retomemos los ritmos anteriores de nuestras actividades, esto no hará que los ingresos que venían percibiendo los negocios sea igual.  

Bajo esa perspectiva será muy importante que la sociedad en su conjunto no se deje eclipsar por los muy probables efectos de un crecimiento aparentemente significativo, el cual de acuerdo con los pronósticos que refieren los expertos del IMEF podría llegar a ser hasta de un 6%. 

De darse este crecimiento deberá tomarse en cuenta que después de varios meses de vivir bajo las condiciones de los semáforos epidemiológicos y las restricciones a la movilidad que de ellas se han derivado, el hecho que se muestren signos de repunte no significara necesariamente que estamos ante una reactivación económica, sino más bien que esto es provocado por el efecto de rebote considerando que durante el año pasado y por efectos de esta crisis COVID-19, la economía de nuestro país se contrajo alrededor de un 8.5%, tal y como lo señala en su artículo publicado en periódico El Economista, Ángel García-Lascuraín, Presidente del IMEF.

Con base en lo planteado y en opinión de los expertos, para este siguiente periodo del año las empresas y negocios deberán participar activamente en cualquier clase de esfuerzo que se haga para promover e impulsar esta recuperación económica, la cual implicará que para volver a los niveles de venta anteriores, será necesario contar con el número de empleos que se tenían al inicio de 2020, para que las personas y las familias puedan nuevamente participar en la parte que les corresponde de la economía, es decir, en la compra de los bienes que se ofertan.

A diferencia de otros momentos, para esta ocasión la estrategia de buscar la recuperación económica a través del incremento de las exportaciones no será una ruta que genere muchos beneficios, pues la mayor parte de las economías del mundo enfrenta condiciones similares a las de nuestro país.

Es tiempo de orientar nuestros esfuerzos hacia los mercados internos, particularmente enfocándonos en la economía de nuestras ciudades, fomentando que haya más consumo local, lo cual podría constituirse en la columna vertebral de este gran esfuerzo que como sociedad todos deberíamos promover si realmente aspiramos a reactivar la economía de nuestra nación en los siguientes tiempos.

Por: Dr. Carlos Castellanos León Profesor de la Escuela de Administración y Negocios, CETYS Universidad Campus Mexicali