Con la llegada de aplicaciones de Inteligencia Artificial, el rol del ingeniero se está redefiniendo. Las competencias y capacidades del profesional ingenieril del futuro se pronostican, además de fundamentales, bien remuneradas
Las predicciones sobre el futuro del mercado laboral cambian a pasos agigantados, haciendo que tanto para estudiantes como empleadores y educadores sea cada vez más complejo anticiparse a su comportamiento. Sin embargo, existen algunas tendencias que pueden ser de ayuda para la futura fuerza laboral, específicamente en el campo ingenieril.
En los próximos 10 años, las diferentes disciplinas ingenieriles experimentarán un crecimiento del 8.3% de manera estable, de acuerdo con datos arrojados por la proyección de empleabilidad para egresados de los programas de ingeniería que actualmente se imparten en los centros universitarios, realizada por el Departamento de Estadística Laboral del Gobierno Federal de los Estados Unidos.
También se prevé que los futuros ingenieros disfruten de un incremento del 3.2% en los salarios, señaló el Dr. César Martínez Olvera, profesor de la Escuela de Ingeniería de CETYS Universidad Campus Mexicali, como un reflejo de la competitividad entre organizaciones a través de la retención de su talento ingenieril.
“Otro aspecto que vale la pena mencionar es que con la llegada de nuevas aplicaciones que incorporan el uso de tecnologías de Inteligencia Artificial, muchas de las labores ingenieriles se verán automatizadas; es decir, la toma de decisiones ya no dependerá de la intervención humana, con lo cual, el rol del ingeniero se tendrá que re-pensar y re-definir”, detalló el profesor.
Como resultado de lo anterior, se plantea la hibridación de los perfiles ingenieriles, que consiste en que los profesionales de la ingeniería posean habilidades blandas y duras de diferentes disciplinas, por ejemplo, la llamada Ciencia de los Datos (Data Science) o la metodología de Seis Sigma. “Esta hibridación es por naturaleza una combinación de habilidades técnicas y gerenciales”.
Al mismo tiempo, se hace evidente que la ingeniería se vuelve cada vez más una disciplina dependiente de la digitalización de las cadenas de valor. Actualmente, al concluir su formación, un profesional de este ámbito, independientemente de su disciplina, es un usuario capaz de utilizar diversas herramientas informáticas, algo que hasta hace algunas décadas era competencia exclusiva de los ingenieros en informática y/o computación.
“Además, se exploran otros mecanismos como paquetes de compensación que incluyan estructuras de compensación basados en el desempeño y el desarrollo de planes individuales de crecimiento profesional y organizacional”.
Por otra parte, raíz de la crisis actual derivada de la pandemia de COVID-19, el trabajo desde casa será la norma para muchos de estos trabajos, algo que se perfila como un beneficio que permitirá a los profesionales de la ingeniería llevar un estilo de vida balanceado, y les ayudará a recortar tiempos y costos de traslado diario, al mismo tiempo que las organizaciones podrán reducir los costos derivados de la renta de espacios para oficinas.
Estos recientes cambios forzados han llevado a las organizaciones a replantear la naturaleza de la relación con sus colaboradores, generando nuevas modalidades de empleabilidad como la de contratación por proyectos, esquema opuesto a la contratación por tiempo indefinido.
“Todos estos factores hacen esperar que el valor de mercado de una licenciatura en ingeniería se incremente cada vez más, con el paso de los años, principalmente debido a los retos tecnológicos que las cadenas de valor están enfrentando. Sabiendo que sólo mediante el correcto balance entre el uso de la tecnología y el consumo de los recursos naturales es posible alcanzar una economía verdaderamente sustentable y circular; la ingeniería es la disciplina que está preparando a los profesionales que podrán lograrlo”, concluyó el Dr. César Martínez Olvera.
Conoce aquí la oferta educativa en ingeniería disponible en CETYS Universidad.