El COVID-19 no solo puede afectar físicamente a un trabajador de la salud, también podría afectar su salud mental que va por el estrés y/o miedo de la atención a pacientes, de poderse contagiar y en ese sentido, contagiar a familiares y seres queridos, pero también por la impotencia de no poder hacer más por los pacientes.
La Mtra. Dulce Sánchez Salazar, Docente de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Tijuana, ha observado que estos actores son afectados en su salud mental porque están atravesando distintos tipos de duelo, desde el atender a pacientes contagiados, también porque les afectó su rutina y la forma en la que conviven por cumplir con su valiosa labor dentro de los hospitales brindando atención a pacientes, pero más por afectar su rol como en la familia, como amigo y/o ciudadano.
“La sociedad los ha etiquetado como héroes, pero no siempre se sienten así, por ejemplo, aquellos hospitales que solo atienden pacientes con COVID-19, están perdiendo algunas vidas, sienten que no pueden hacer su trabajo bien, luego salen de trabajar y tienen dificultades en la vida diaria. Les cambió su esquema, su vida, algunos que viven con familia han decidido vivir en sus carros para no contagiar a nadie, algunos han tenido apoyo de empresarios, pero no es lo mismo, están acostumbrados a vivir con papás o esposas, es así que podemos ver afectada drásticamente su salud mental”, puntualizó la especialista en Tanatología.
Las principales afecciones van desde estrés, ansiedad, miedo o trastornos, principalmente estrés postraumático, la afección de su salud mental aumentará con la presencia de exceso de trabajo, falta de descanso y falta de atención psicológica, tanatológica o simplemente ser escuchados cuando lo necesiten.
“Somos adultos, somos profesionales, necesitamos hacernos responsables de nuestra salud mental, por lo que si requieren ayuda, es necesario pedirla, algunos son resilientes y otros requieren a un profesional, no está mal ninguna de las dos. Es necesario identificar la problemática. Incluso algunos solo necesitan un amigo o conocido que los escuche. Cuando nos sentimos vulnerables es difícil hablar, pero si ya se escucharon hablarte, escucha, a veces no sabes que decir, pero a veces solo escuchando hacemos algo bueno”, observó la Docente de la Escuela de Psicología del Campus Tijuana.
La Mtra. Sánchez Salazar, destacó que la falta de sensibilidad o en el peor de los casos agresiones de la población, afecta también la salud mental del trabajador que está en la incertidumbre de realizar sus actividades cotidianas.
EL PAPEL DEL TRABAJADOR DE LA SALUD, LA INSTITUCIÓN Y LOS CERCANOS
La Experta CETYS acentuó el papel que tienen tanto el mismo trabajador de la salud como la institución médica y el círculo cercano de estos.
• Trabajador de la salud. Es importante que reconozca si requiere apoyo o hablar, buscar apoyo, así como descansar y cumplir las medidas de salud ya que puede provocar desgaste.
• La institución. Su papel para la salud mental del trabajador consiste en brindar el Equipo de Protección Personal, aunque por la contingencia hubo desabasto en algunos hospitales.
• Cercanos. La familia, amigos o cercanos a trabajadores de la salud deben reconocer su papel y apoyarlos con escucharlos, así como cumplir con las medidas de prevención si están en contacto con ellos, ya que podría causar contagio del trabajador y este puede ser descansado para no infectar a otros enfermeros o pacientes.
La Secretaría de Salud reportó el 27 de julio 924 mil casos sospechosos de COVID-19 en México, 395 mil 489 casos confirmados y 44 mil 22 defunciones. Hasta inicios de julio el 21% de los pacientes contagiados por COVID-19 corresponde a trabajadores de la salud, uno de cada cinco casos en promedio.