Las fechas decembrinas tienen ese encanto que nos transporta a los días de la infancia. En esta temporada en donde la locura por las compras, la convivencia, el cierre de año en el trabajo, la música navideña acompañada de luces y colores, se nos olvida la esencia de la festividad: el espíritu que alguna vez nos llenó de asombro, ilusión y alegría pura. Este espíritu, aunque pareciera extinto, sigue ahí, esperando a ser redescubierto. Reconectar con nuestro niño interior, puede ser un ejercicio difícil, lleno de nostalgia, pero a la vez, es un acto de sanación, una forma de recuperar la capacidad de vivir la vida con esperanza y felicidad, explicó la Dra. Patricia Páez Coordinadora del Programa de Salud Mental y Bienestar Psicológico de CETYS Universidad.
“Por un momento cierra tus ojos, ¿recuerdas el brillo de las luces del árbol de Navidad cuando eras pequeño? ¿La emoción de abrir un regalo? ¿El aroma de la casa de los abuelos? Esos momentos nos traen recuerdos, y, aunque el paso de los años (o el peso de la adultez) a veces los oculte tras las preocupaciones y responsabilidades, nunca dejarán de ser parte de nosotros.” La Experta CETYS explica que conectar con el niño interior nos invita a recordar esos instantes, “se presenta como un reto para revivir esas emociones en el presente, y esto no significa que renunciemos a las responsabilidades, es la oportunidad para reaprender a mirar el mundo con la misma curiosidad y gratitud de nuestra niñez, en la que encontrábamos alegría en lo más simple. Al reconectar con nuestro niño interior, redescubrimos el valor de estas pequeñas cosas. Nos damos permiso para disfrutar el presente con menos juicios y con más apertura.”
La Navidad puede ser una época cargada de emociones para muchos: las expectativas, los recuerdos de quienes ya no están, o las metas no alcanzadas pueden traer melancolía y nostalgia. Sin embargo, reconectar con el niño interior es un acto de resiliencia y reconciliación emocional. ¿Cómo reencontrarte contigo mismo? Reconectar con el niño interior no requiere grandes rituales, basta con tener la intención. Aquí nos comparte algunos tips:
- Recuerda lo que amabas hacer: Toma un tiempo para pintar, cantar, jugar un juego de mesa o simplemente observar las estrellas.
- Déjate sorprender de nuevo: Observa las luces, huele los aromas de la temporada y permítete disfrutar como lo haría un niño.
- Vibra a través de la gratitud: No subestimes el poder de un gesto amable, tanto para los demás como para ti mismo, agradece cada detalle por más mínimo que parezca.
Por último, la Dra. Patricia Páez nos invita a recordar que ese niño que alguna vez fuimos sigue siendo parte de nosotros: busca alegría, busca amor y busca conexión. En estas fechas de festividad, date el regalo de escucharlo y mimarlo sin miedos, sin prejuicios… tal vez te sorprendas al descubrir que la magia sigue viva.

Dra. Patricia Páez, Coordinadora del Programa de Salud Mental y Bienestar Psicológico de CETYS Universidad.