“”Tú no puedes predecir el futuro, pero puedes inventarlo”.”
Dennis Gabor
Hace un año, la humanidad seguía una cotidianidad, de la que ya se sabía era insostenible. Desde el 2008 los principales líderes mundiales reconocían que el capitalismo financiero era inviable, las estadísticas de desigualdad y los efectos en el medio ambiente eran la prueba fehaciente de esa realidad. Sin embargo, como cualquier cambio necesario, el mundo ocupaba una gran sacudida, y esta llegó en el 2020 en forma de pandemia.
Hoy muchos siguen hablando de recuperar la normalidad; la verdad es que no regresaremos a esa realidad. Lo cierto es que se harán grandes cambios y los incentivos cambiarán para hacer espacio a nuevos planteamientos que permitan un nuevo pacto y orden social mundial, con nuevos incentivos que privilegien la sostenibilidad, la resiliencia, la inversión en bienes públicos y, en general, a la inversión en las personas, con el objetivo de “construir sociedades y economías más equitativas”.
Estos nuevos planteamientos partirán de propuestas y casos de éxito que han demostrado que sí se puede ser la excepción a la regla. Se cambiarán enfoques, sobre todo del mundo de los negocios, en los que ya se ha iniciado una franca transición en el enfoque formativo de los profesionales: la concepción de que el propósito de la empresa, y por lo tanto del empresario, es exclusivamente maximizar la utilidad del negocio, se está superando con la adopción de una perspectiva holística en la cual lo principal es buscar la maximización del valor y la creación de riqueza con balance entre los diferentes grupos que con legitimidad tienen un interés en el éxito y la permanencia de la empresa.
También se apostará a la creación de Empresas Sociales, las cuales son una combinación entre la eficiencia con rentabilidad en el tiempo, pero con una misión social, es decir, lo principal no es generar utilidades para los inversionistas, sino para solucionar los problemas de la sociedad.
El concepto de Empresa Social logra cumplir con todos los requerimientos que los líderes mundiales buscan para el “reinicio” del capitalismo, en el que ni el capital ni la propiedad privada se vean desplazados, sino solo los objetivos de estos: el logro del bienestar de la población. Esta será la prueba de fuego para el sistema capitalista, en el que la humanidad observará si este continua con su capacidad de adaptación y evolución.
Estas nuevas apuestas serán atractivas para las generaciones jóvenes, las cuales muestran una disponibilidad a dedicarse a la atención de problemas como la marginación, pobreza, migración económica, medio ambiente, educación especial y otros que cada fuego interno les dicta. Por ello, que el concepto de empresa social y de emprendedores sociales pueda ser altamente atractivos para estas.
Al final, como toda crisis, habrá oportunidades que permitirán a la sociedad soñar con nuevos futuros, debiendo ser estos más igualitarios y sustentables, por lo que aparte del sentimiento de esperanza, la humanidad deberá de resolver estos retos a través de decisiones valientes e intrépidas que impliquen reinvención y adaptación social.
