La reciente Cumbre de Líderes de la APEC 2023, con su enfoque en “Crear un futuro resiliente y sostenible para todos”, ofrece un escenario para cuestionar las verdaderas intenciones de los países miembros en la búsqueda de un desarrollo económico sostenible en la región de Asia-Pacífico. A pesar de los elogios y compromisos declarados hacia la innovación, el crecimiento sostenible y la inclusión, es crucial analizar si estas promesas son más que una retórica vacía.
Si bien la APEC ha sido históricamente elogiada como un foro clave para la cooperación económica, persisten preguntas sobre la efectividad de sus esfuerzos para abordar desafíos apremiantes como la desigualdad económica y el cambio climático. La retórica en torno a la transición hacia una economía más sostenible a menudo choca con la realidad de las prácticas comerciales y las políticas nacionales que favorecen el crecimiento a expensas del medio ambiente y la equidad social.
Para respaldar sus palabras con acciones concretas, los países miembros de la APEC podrían implementar políticas que fomenten la inversión en tecnologías limpias y renovables, reduciendo gradualmente su dependencia de combustibles fósiles. Además, podrían establecer objetivos específicos y medibles para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, con la implementación de legislación que promueva la eficiencia energética y penalice las prácticas insostenibles.
La brecha entre ricos y pobres podría abordarse mediante la implementación de programas de educación y capacitación accesibles para todos, con un enfoque en sectores emergentes de la economía verde. Aquí, la academia desempeña un papel fundamental al proporcionar investigación y conocimientos que respalden estas políticas. Además, la sociedad civil puede presionar a los gobiernos para que implementen medidas inclusivas y transparentes.
Para superar las barreras comerciales y promover una economía mundial abierta, los países miembros podrían comprometerse a eliminar aranceles y cuotas en sectores clave relacionados con la sostenibilidad. La colaboración en investigación y desarrollo de tecnologías sostenibles también podría fortalecerse mediante acuerdos específicos entre los países miembros. Aquí, la sociedad civil puede desempeñar un papel crucial al abogar por políticas comerciales que beneficien a la sociedad en general.
La reunión entre los líderes de China y Estados Unidos podría llevar a una acción conjunta en áreas críticas como la investigación en inteligencia artificial y la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, es esencial que estos diálogos se traduzcan en colaboraciones tangibles, como la creación de fondos conjuntos de investigación o acuerdos de intercambio de tecnología. En este contexto, la academia puede facilitar el intercambio de conocimientos y tecnologías entre las naciones.
Mirando hacia el futuro, la proximidad de la próxima Cumbre de las Partes (COP 23), programada del 30 de noviembre al 12 de diciembre, plantea la necesidad de que los países miembros de la APEC respalden sus compromisos en temas medioambientales con acciones más sólidas. La COP 23 será una oportunidad clave para evaluar y reforzar los compromisos asumidos en la Cumbre de la APEC, consolidando un enfoque colectivo y eficiente hacia la lucha contra el cambio climático y la construcción de un futuro sostenible. La colaboración entre la academia, la sociedad civil y los líderes gubernamentales será fundamental para garantizar que las palabras pronunciadas en los foros internacionales se traduzcan en medidas concretas y duraderas para el bienestar del planeta y sus habitantes.
Por: Dra. Leticia Ramírez Rubio,
Coordinadora de la Licenciatura en Negocios Internacionales de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad Campus Mexicali
