El equipo representativo SeaFox, perteneciente a la Escuela de Ingeniería de CETYS Universidad Campus Mexicali, llevó a cabo su presentación de desempeño semestral ante empresas patrocinadas, en la que se compartieron los logros académicos, técnicos y formativos alcanzados durante una de las temporadas más destacadas en su historia dentro de competencias internacionales de robótica submarina.
Durante la sesión, estudiantes integrantes del equipo expusieron los resultados obtenidos tras una temporada marcada por el trabajo colaborativo, la integración de nuevos talentos y la superación de retos técnicos y organizacionales. Ana Karime Plasencia Ramírez, estudiante de quinto semestre de Ingeniería Cibernética Electrónica y Chief Technical Officer (CTO) del equipo, destacó que esta etapa representó un proceso de aprendizaje colectivo, al contar con una plantilla mayormente conformada por estudiantes de nuevo ingreso a la competencia. “Fue una experiencia muy enriquecedora que nos permitió combinar ideas frescas con la experiencia de integrantes veteranos, fortaleciendo la creatividad, la innovación y el ingenio que caracteriza a la ingeniería”, señaló.
La capitana técnica subrayó que SeaFox no solo compite por resultados, sino por el impacto formativo que genera en sus integrantes, al fomentar habilidades como liderazgo, resolución de problemas, trabajo multidisciplinario y vinculación internacional. Asimismo, resaltó el intercambio con equipos de distintos países y la visión de la ingeniería aplicada a la exploración y cuidado de ecosistemas marinos.
Por su parte, Eber Alcaraz Espinoza, estudiante de tercer semestre de Ingeniería Cibernética Electrónica, piloto del robot y Chief de Software, compartió que esta temporada fue la más exitosa en la trayectoria del equipo. SeaFox logró su mayor puntaje técnico histórico, obtuvo primer lugar en Responsabilidad Social, segundo lugar en Marketing y alcanzó el doceavo lugar general a nivel internacional, compitiendo contra cerca de 30 equipos provenientes de países como Italia, India y Egipto.
“El nivel de exigencia fue muy alto, tanto en lo técnico como en lo operativo. Cada inmersión representaba minutos clave para ejecutar tareas bajo presión, resolver fallas y maximizar resultados. Aun así, el equipo respondió de forma sobresaliente”, expresó Alcaraz, quien aseguró que los aprendizajes de esta temporada sientan bases sólidas para seguir creciendo en futuras competencias.
