Hoy en día es tan común escuchar a jóvenes que quieren emprender, tener una empresa, ser sus propios dueños y tener esa famosa ¨libertad financiera¨ que todos quisieran tener. Pero ¿Será realmente lo que desean? O ¿Será una ola de tendencias de chicos que quieren ser emprendedores y empresarios?
El emprendimiento en la actualidad se ha vuelto una moda entre jóvenes y adultos, y cada vez es más común escuchar: No tienes trabajo, emprende; te cansaste de tu trabajo, haz tu propia empresa; no sabes que hacer, emprende. Hemos empezado a demeritar a quienes trabajan en una empresa o hemos dejado de voltear a ver oportunidades laborales en empresas por enfocarnos en hacer una empresa. Pero la realidad es que no todos nacimos para crear una empresa, hay quienes nacieron para trabajar en una empresa, y ¿está mal? Para nada, necesitamos empleados que trabajen en esas empresas que los nuevos empresarios están creando.
Por esta ola de emprender y sentir una obligación de tener una empresa es que vemos proyectos con tan poca visión, con finanzas débiles, sin impacto y que cierran puertas en menos de dos años.
Y aunque no todos nacemos para crear empresas, todos debemos de tener ese espíritu de emprendedor por dentro. Como consultora empresarial al trabajar con emprendedores me he dado cuenta que éstos comparten ciertas características y actitudes que todos deberíamos de tener emprendamos o no. En el trabajo, escuela, en alguna actividad extracurricular, en nuestra empresa o donde sea tenemos que ser innovadores, creativos, tener la capacidad de solucionar problemas, organizados, pro activos, porque si no, estamos destinados a quedarnos atrás. La competencia no debe porque preocuparnos debe motivarnos hacer mejores a buscar nuevas cosas, a ser más pro activos.
