La Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Tijuana y el Centro de Rehabilitación e Inclusión Infantil (CRIT) Baja California unieron lazos de colaboración a favor de la concientización de las familias de la región sobre la Distrofía Muscular de Duchenne, un desorden que afecta a uno de cada 3,500 niños en el mundo.
De acuerdo con la Dra. Marina Alvelais Alarcón, Profesor Investigador de la Escuela de Psicología del Campus Tijuana, se trata de un fenómeno comúnmente diagnosticado durante la infancia, el cual limita los años de vida de los afectados y del que se tienen contabilizados alrededor de 20,000 nuevos casos cada año alrededor del mundo.
El Lic. Emilio Oscar Nieves Estrada, Coordinador de Psicología en CRIT Baja California, compartió que la Distrofia Muscular de Duchenne se traduce en un desorden progresivo del músculo que causa la pérdida de su función y, por lo tanto, los afectados terminan perdiendo totalmente su independencia; agregó que generalmente los síntomas aparecen antes de los seis años de edad, mostrándose debilidad en las piernas y pelvis, principalmente.
La académica de CETYS Tijuana agregó que “Es un fenómeno relativamente alto en nuestra población, dado a que es un trastorno genético, se tiene un importante desconocimiento, en este sentido el trabajo de los psicólogos está en unir esfuerzos encaminados a la prevención; iniciativa que en CETYS se ha dado gracias al interés y de los casos que en la práctica profesional han encontrado nuestros alumnos de la Maestría en Educación y Psicología”.
Por su parte el Coordinador de Psicología en CRIT Baja California, expuso que actualmente en el país se carece de información o de un censo que permita conocer la población total que cuenta con este u otro tipo de discapacidad. “Tan sólo en el CRIT atendemos un total de 65 casos con algún tipo de distrofia muscular, de los cuales 53 corresponden a Duchenne, es decir, poco más del 80%”, detalló.
Los especialistas coincidieron en que cuando se habla de rehabilitación no se trata únicamente de la física, sino de manera integral, pues se consideran tantos aspectos biológicos como psicológicos, así como de impulsar el proceso de aceptación y adaptación del paciente con discapacidad, tanto de manera individual como familiar, para que de esta forma se fortalezcan los esfuerzos entorno a la inclusión.