“Ser madre es toda una experiencia de vida maravillosa y transformadora para la que no se entregan manuales o instrucciones, cada día es una lección nueva y cada etapa de la vida de nuestros hijos invita a evolucionar junto a ellos”, puntualiza la Experta CETYS, Dra. Patricia Páez, Coordinadora del Centro de Desarrollo Estudiantil de CETYS Universidad Campus Internacional Ensenada y Coord. del programa Armonía: Salud y Bienestar del Sistema CETYS.
Ella explica que al inicio el instinto y el amor llevan a desarrollar un apego profundo con los hijos, en esta etapa es donde el vínculo emocional se forja en cada caricia, cada mirada y cada respuesta a su llanto. “La prioridad es transmitir a los hijos seguridad y confianza, ser su refugio y su guía, este lazo es un pilar para que los niños se sientan seguros y puedan, poco a poco, atreverse a explorar el mundo”, señala la Dra. Páez.
La maternidad tiene distintos matices, y se van adaptando a las necesidades, personalidad y el ritmo que tiene cada hijo, lo que significa entrenarse y reinventarse constantemente, aprendiendo a ser la mamá que cada uno necesita. Es un ejercicio de empatía, observación y flexibilidad, donde el amor se adapta y se expande para acompañar en su crecimiento.
“Con el tiempo, ese apego seguro se convierte en la base para que los niños desarrollen su independencia. Es un proceso natural, aunque a veces nos sorprende lo rápido que sucede. De repente, los pequeños nos muestran su deseo de hacer las cosas por sí mismos, de tomar decisiones y resolver problemas”. Ahí es cuando el rol cambia: las madres pasan de ser el centro de su universo a ser su apoyo silencioso, preparadas para sostenerlos si tropiezan, pero también dispuestas a darles el espacio que necesitan para crecer.
La adolescencia, por ejemplo, es una etapa compleja tanto para los hijos como para las madres. “Nos reta a soltar poco a poco el control, a confiar en el trabajo que hemos hecho durante los años previos y a mantener una comunicación abierta y honesta. Aprendemos que acompañar no significa dirigir, sino estar presentes emocionalmente, ofrecer escucha y consuelo cuando lo necesitan y establecer límites claros para su seguridad”, explica la Dra. Páez.
Señala que no es fácil. “Requiere paciencia, confianza y mucho amor. Pero es necesario para que nuestros hijos se conviertan en personas autónomas, capaces de enfrentar dificultades y a disfrutar de la vida. Como madres, celebremos cada paso que dan hacia la independencia, aunque eso implique aceptar que nuestra presencia será menos constante, pero siempre incondicional”.
En esta evolución, comparte, cada día brinda la oportunidad de aprender, mejorar y crecer junto a los hijos. “Ser madre es un acto de amor y valentía, que nos invita a ser mejores personas para guiar, inspirar y acompañar a quienes más amamos en cada etapa de sus vidas”, concluyó la Experta CETYS.
Dra. Patricia Páez, Coordinadora del Centro de Desarrollo Estudiantil en CETYS Universidad Campus Ensenada y Coord. del programa Armonía: Salud y Bienestar del Sistema CETYS.
