Es necesario practicar y adquirir más habilidades duras y blandas ante la pandemia y la pospandemia, experto CETYS

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Ante el momento de adversidad que estamos viviendo a causa de la crisis sanitaria, es imperante establecer o adecuarnos a los cambios en casa, trabajo, escuela, formas de entretenimiento, por mencionar algunos, para seguir adelante con nuestras vidas.

Considerando lo anterior, la situación global relacionada con el COVID-19 nos exige a todos practicar, adquirir y perfeccionar las habilidades duras y blandas necesarias para ser eficientes y eficaces en nuestras labores diarias, señala el Dr. Josué López Leyva, académico e investigador de CETYS Universidad Campus Internacional Ensenada.

Asimismo, destaca que no se trata únicamente de aquellas labores relacionadas con la actividad propia de una empresa o industria, sino también aquellas labores que tienen que ver con el proceso de enseñanza-aprendizaje, el confinamiento, convivencia familiar, home-office, agenda familiar, etc.

“Regularmente se nos habla de las habilidades duras (hard skills) y blandas (soft skills) como aquellas que se deben de poseer al momento de buscar empleo, o bien, en el día a día en un trabajo específico”.

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Dr. Josué López Leyva, académico e investigador.

Pero, explicó, las habilidades duras y blandas responden al desafío de estar preparados para afrontar escenarios de trabajo y productividad en donde la única constante es el cambio continuo. Por una parte, aquellas habilidades duras son las que se relacionan con habilidades técnicas, tales como grados académicos, certificaciones, dominio de equipos de telecomunicaciones, uso de computadora, manejo de herramientas y equipos, etc. Por otro lado, las habilidades blandas son aquellas relacionadas con aspectos sociales para poder cumplir los objetivos del trabajo particular, por ejemplo: trabajo en equipo, resiliencia, proactividad, negociación, disciplina, etc.

“Si nos ponemos a pensar un poco, la pandemia por el COVID-19 ha evidenciado las fortalezas y debilidades que tenemos en cuanto a estas habilidades, por lo que es el escenario perfecto para obligarnos a enseñar y promover entre los estudiantes (y familia) algunas de ellas”.

La capacitación o certificación personal vía internet en diversos programas computacionales relacionados con su área de conocimiento, la lectura especializada, el uso de las tecnologías de la información y plataformas digitales, entre otras, son algunas habilidades duras; mientras que, la adaptabilidad, compromiso, concentración, responsabilidad, liderazgo, respeto a la agenda son algunos ejemplos de habilidades blandas.

“Adquirir, practicar o perfeccionar estas habilidades nos permitirá mantener y recuperarnos lo más pronto posible, no solamente en el ámbito económico, sino también social, ambiental, académico”, destacó López Leyva.

Finalmente, el académico enfatiza que se tiene total evidencia, así como testimonios verídicos para sostener la idea de que las habilidades duras y blandas no solamente son importantes, sino vitales no solo para mejorar la calidad de vida de las personas, sino también para salvar vidas por medio de la propuesta, gestión y puesta en marcha de proyectos con impacto social, por lo tanto, el Dr. López recomienda el desarrollo constante en dichas habilidades, aunado al talento natural de las personas, enfatizando que, “enfoquemos nuestros talentos personales para que lleguen a ser habilidades que impacten de manera positiva a los demás”.

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