En la zona poniente podemos encontrar uno de los establecimientos de paletas más populares de la capital: Bambi. El señor José Manuel Torres Gómez de 35 años de edad, una persona alegre, atenta y dispuesta a darle el mejor trato a las personas, nos comenta que desde que tenía 17 años aprendió este oficio que causa gran deleite a los mexicalenses.
En entrevista con Torres Gómez, quien es originario de Mexticacán, Jalisco, pero adoptado por esta ciudad bajacaliforniana, comentó que como en cualquier trabajo ha tenido la oportunidad de adquirir experiencia y aprender procedimientos. En su caso, su papá: Don Gabriel Torres, le enseñó este oficio desde hace poco menos de dos décadas. Él asegura que les agrega un toque que hace diferencia y caracteriza a este establecimiento, volviéndolo único en la región: su sabor.
“Lo más difícil de mi trabajo es la preparación, ya que debes de buscar combinaciones nuevas, que sean del agrado para las personas”, dijo Torres Gómez, quien además indicó que el sabor que más se vende es la combinación de fresa y vainilla en paletas, y coco en bolis de leche. Él, personalmente, define al sabor fresa como su favorito.
El jalisciense-cachanilla expuso que en verano la venta de paletas es un buen negocio, pero al entrar el invierno las ventas bajan considerablemente. Él y su papá trabajan por temporadas, laboran 8 meses y los 4 meses restantes, Torres Gómez se desplaza a Mexticacán con dos fines: visitar a su familia y dedicarse a hacer y vender ladrillos.
José Manuel labora en Bambi en un horario de 8:00 am a 8:00 pm, todos los días. Gran parte de la jornada es dedicada a la preparación de las paletas e innovación de sabores, pues refiere es algo vital para ampliar la oferta de productos para los comensales, quienes -según refirió- pueden llegar a demandar desde 50 hasta 200 paletas en un solo día.
**Este artículo es publicado simultáneamente en el periódico LA CRÓNICA, a través de su edición en línea e impresa, mediante el proyecto #GeneraciónDelCambio.
