China: Más que una amenaza económica, un aliado comercial

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China es un tema de primer orden en el mercado internacional y de la región. En diferentes ocasiones ha expresado el mensaje que “si Estados Unidos, Canadá y México no fortalecen su economía, China va a tener el dominio económico-comercial del mundo y no consideramos que eso sea conveniente”.

Lo más conveniente es analizar esta situación de una manera proactiva y verlo como una ventaja competitiva, ya que China y Norteamérica están vinculados en la cadena productiva internacional. 

Somos más socios que competidores y tenemos mucha complementariedad económica. China no es una amenaza ni para México ni para la región. Al contrario, estamos en un momento especial en el vínculo México-China, estamos celebrando 50 años del establecimiento de relaciones diplomáticas, eso hace especialmente importante en esta situación de crisis mundial, el repensar el vínculo económico, financiero, comercial, de las inversiones, de intercambios tecnológicos y otros aspectos importantes que pensamos que pueden ser grandes instrumentos para apoyar la recuperación de la crisis económica actual.

La relación comercial México-China necesita un diálogo amplio, una discusión abierta y el concurso de toda clase de factores. Debemos promover la exportación, pero nos enfrentamos a múltiples barreras, debemos pensar en qué tenemos que hacer para resolverlas y hacer que los dos mundos se encuentren, se necesita conocer desde la perspectiva china y mexicana qué podemos crear en conjunto para hacer las cosas mejor.

¿Socio principal en potencia?

De acuerdo con el Dossier Estadístico México- China 2000-2021 de la Cámara de Comercio y Tecnología México-China, el gigante asiático es el tercer mercado al que México exporta y el segundo del que importa. En 2020 México exportó a China 7,786 millones de dólares (por detrás de Estados Unidos y Canadá, que ocupan los dos primeros lugares), e importó de China 73,608 millones de dólares, solo por detrás de Estados Unidos, el principal socio comercial de México.

Estamos viendo que tenemos cifras muy interesantes. Exportamos algunos minerales, alimentos, vehículos automotores y sus partes, componentes electrónicos y eléctricos, Importando ensambles y subensambles, pantallas planas, entre otros artículos de primera necesidad, la posibilidad de hacer complementación económica está a la vista, se deben plantear nuevas bases para revisar cómo incentivamos y promovemos que esto vaya sucediendo de manera más intensa y acelerada. Así como en los últimos 10 años que ha existido un aceleramiento del intercambio muy enfocado en las industrias en las que México ha puesto el acento, como es la cadena de la industria automotriz, así como la cadena de la industria eléctrica y electrónica. Ahí es donde están nuestros principales rubros de intercambio. 

En la medida en la que las exportaciones mexicanas han fortalecido su papel en los mercados mundiales, nuestro vínculo con China ha aumentado también en esa misma proporción. 

Analizando los registros de la Organización Mundial de Propiedad Industrial tenemos que China es el campeón mundial en ese terreno, México no puede quedar fuera de esos mercados y me parece que es muy importante el que revisemos a fondo cómo podemos hacer esta colaboración, estas coinversiones y la posibilidad de intercambio. No solamente se trata de crear negocios en el vacío, sino hay que crear toda una visión de proyectos, masa crítica, generar talento, atraer financiamiento, socios comerciales e industriales, para que tengamos una base sólida de desarrollo y vinculación entre ambos países.

No separarse de China.

Lo que sucede en una esquina del mundo pega al resto del planeta, mejor prueba de ello es el Covid. Pensar en que México se puede alejar de ese socio comercial,  es algo que tiene que discutirse con seriedad, porque estamos hablando de que el polo más importante de generación de economía en el planeta está en Asia, y en el corazón de esa zona está China. México no puede quedarse aislado de esa región. 

Por un lado está la situación de que México tiene que fortalecer y profundizar su relación con la economía de Norteamérica, es también nuestro principal motor de desarrollo, pero de ninguna manera eso tiene que significar que no tengamos relación con posibles socios comerciales de todos los demás mercados. México tiene un rol de liderazgo muy importante en el continente, pero ¿qué está pasando con las economías latinoamericanas?, pues que cada vez están más vinculados con Asia, en particular con China. 

Países como Panamá, Uruguay, Ecuador, Venezuela, Chile, Bolivia, Costa Rica, Cuba y Perú se han sumado ya a uno de los proyectos más ambiciosos del gigante asiático: la “nueva Ruta de la Seda”, un proyecto iniciado en 2013 que tiene como objetivo generar una red de infraestructura en los cinco continentes que pueda potenciar aún más el intercambio comercial de China con el resto del mundo.

Tenemos que revisar y replantear qué sí y qué no es conveniente para México, ahí está nuestra labor de desmitificar y revisar qué efecto puede tener para nuestra productividad y futuro. En China ya se habla de 5G o 6G como algo general, las carreteras de la información son fundamentales para el futuro del planeta ¿Cómo vamos a construir ese futuro sin tener un boleto de acceso a esas tecnologías y a esas carreteras? 

Necesitamos recuperar la memoria de nuestro antiguo vínculo con China, ya que va más allá de 50 años, y darnos cuenta que en esas raíces profundas y antiguas, de civilizaciones que tienen una historia muy basta, encontraremos los medios que harán que los intercambios sean más profundos y significativos, logrando ese potencial comercial que se busca para beneficio de ambas economías y sobretodo de nuestro país.

 

Por: Lic. Marco Antonio Urquidez Rosales, docente de asignatura de la Escuela de Administración y Negocios, CETYS Universidad Campus Mexicali.

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