Una vez que llegó mi carta de aceptación para irme de intercambio a España, me dediqué a planear todo, maletas, boleto de avión, vivienda, visa de estudios, seguro de vida e infinidad de trámites y papeleo. Planee tanto lo que tenía que hacer antes de tomar el vuelo que no me detuve a pensar en lo que pasaría cuando aterrizara. Lo curioso es que a casi todas las personas que conozco que se han ido de intercambio, parece que se les olvidó mencionar que la primera semana sería muy estresante y que estaría muy lejos de ser como lo pintan sus fotografías en Facebook.La primera semana me perdí, no me entendían en el mercado, gasté mucho dinero, me dolían los pies por haber caminado todo el día y no encontraba a nadie conocido en la calle, estaba sola y con un sentimiento de angustia porque no estaba viviendo lo que soñé que sería, afortunadamente eso llegó después. Todo esto tenía que pasar para poder crecer y entender que el mundo es más grande que uno y que la actitud que tomes frente a las cosas va a hacer la diferencia. Gracias a que no me rendí, no perdí una de las mejores etapas de mi vida. Ahora entiendo porque todos hacen tan buenos amigos cuando se van de intercambio, todos esos otros estudiantes pasan por exactamente el mismo choque cultural. Al final del día no importa de dónde vienen, que música les gusta o que idioma hablen, se convierten en tu familia y de pronto ya no estás solo. Irse de intercambio no es sólo ir a estudiar a una escuela al otro lado del planeta, es ir a trabajar en ti como persona a través de exponerte a otros mundos. CETYS Universidad me dio la oportunidad de estudiar en una de las mejores escuelas de Barcelona, los acuerdos internacionales entre éstas lo permitieron.**Extracto de testimonio.
Una de las mejores experiencias de mi vida


testimonio_gde.jpg
