Viajé fuera de mi continente, con una maleta llena de entusiasmo, y con muchas ganas de experimentar aventuras. Vivir intercambio es beneficioso en muchos sentidos. Uno va dispuesto a aprender, ya sea académicamente o a tomar decisiones y también a conocer nuevas amistades, lugares, culturas, historias, situaciones diversas de aquellas a las que estamos habituados, incluso a un idioma diferente. El riesgo y el miedo es claro, pero también el sentido de aventura. Puedo recordar mis primeros días, me preguntaba qué estaba haciendo, si en verdad era correcta la decisión que había tomado, todas estas preguntas vinieron a mi cabeza pero con los días mi mente se fue despejando y mi experiencia me contestó, ahora puedo decir que fue la mejor decisión que pude haber tomado. Conocí a mucha gente, entre ellos a muchos amigos, pero lo más importante fue que me conocí a fondo, me pude dar cuenta cuáles eran mis limites, y de qué era capaz, aprendí que no necesito irme al otro lado del mundo para valorar lo que tengo.*Extracto de testimonio
Llené Mis Maletas de Entusiasmo


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