Lo mejor de mi intercambio fue la gente con la que conviví. Al paso de los días fui conociendo a todas las personas con las cuales compartiría la escuela, casa e incluso a aquellos que tiempo después se convertirían en grandes amigos. Con ello empecé a dar me cuenta que eso es lo que hace tan buenos a los intercambios. Nunca pensé conocer a gente tan diferente y que además disfrutara tanto de su compañía. Es muy curioso que siendo tantos estudiantes de diferentes lugares del mundo puedan llevarse tan bien e incluso que ellos sean los encargados de hacerte disfrutar la experiencia aún más, y al mismo tiempo te ayuden a aprender de sus culturas y su manera de vivir. Ahora veo una movilidad estudiantil como una gran oportunidad para cualquier alumno de aprender, desarrollarse profesionalmente y pasarla bien.Reconozco que un intercambio implica un gran esfuerzo para llevarlo a cabo, pero definitivamente vale la pena. Es una satisfactoria experiencia que nunca se olvida. *Extracto de testimonio.
Satisfactoria Experiencia que Nunca se Olvida


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