Me encontraba de intercambio en Japón, ya casi a un mes por terminar el programa, las experiencias fueron muchas al igual que las cosas aprendidas durante mi intercambio. Los primeros meses son los más difíciles, ya que se llega a un país que no solo está al otro lado del mundo (viéndolo desde México), sino que también es una cultura totalmente opuesta a la de nosotros, empezando por el idioma. Yo tuve un poco en ventaja porque ya había estudiado dos años japonés, pero no fueron suficientes para comunicarme los primeros dos meses, pero el estar rodeada de puras personas que hablan el idioma, anuncios, la televisión, libros, etc., ayuda demasiado para el aprendizaje del mismo.En mi caso fue un intercambio cultural. En lo que se enfocó más el programa por parte de la escuela de Japón fue en enseñar el idioma, pero igual se pueden tomar materias de las diferentes facultades que se ofrecen.Muchos tienen la idea que los japoneses son personas muy amables, que consideran el honor algo muy valioso, y quiero decir que están en lo correcto. En el mundo conforme pasa el tiempo las culturas cambian, sobre todo en los jóvenes, en Japón pasa lo mismo, solo que la diferencia es -aunque en el exterior se vean como personas que les gusta la moda-, que son algo excéntricos. Cuando llegué no hablaba mucho japonés, pensaba que por ser un país de primer mundo, que al parecer aman la cultura norteamericana, al menos los estudiantes universitarios hablarían inglés, pero no fue así. En la universidad hay un grupo de estudiantes que se ofrecen a ayudar a los estudiantes internacionales a la adaptación de la cultura japonesa que incluye explicarte qué hacer y qué no, la compra de artículos que se ocupan a diario, celular, artículos de limpieza, de hogar, bicicleta (en Japón es muy útil), pase de tren o autobús, registrarte como residente temporal, seguros; así como formas de ir a la escuela, mercado, oficina postal, etc. Muchos de ellos estudian idiomas, inglés principalmente, y lo sorprendente es que no lo hablan, pueden comprenderlo pero no hablarlo. Eso me sorprendió mucho y de alguna forma me ayudó, ya que solo les hablaba en su idioma.Otra ventaja de estar de intercambio es el hacer amigos de diferentes nacionalidades, estableces relaciones no solamente limitándote en tu país, sino en el mundo entero. Ellos podrían ser tus futuros compañeros de trabajo, clientes, etc. No te limitas a un solo lugar y aprendes sobre otras culturas que de alguna forma cambia tu manera de ver las cosas y te hace pensar en grande. Al estar en otro país obviamente ocurrirán momentos en los que te equivoques y serán muchas veces. Como en Japón, en la calle uno se siente libre porque se supone que es un lugar público, pero no está libre de reglamentos. Aquí a diferencia de muchas culturas occidentales, en la banqueta se tiene que caminar del lado izquierdo siempre, en México se puede caminar en donde sea; si te equivocas no es que te multen sino es por orden, ya que es un país pequeño y hay mucha gente.Yo estuve un año viviendo en Japón y es una experiencia que jamás voy a olvidar, dejó muchas cosas que me sirvieron en mi persona y en mis estudios. Es una cultura muy avanzada tanto en educación como tecnología, por lo tanto las cosas aprendidas, y que estoy segura me servirán a mi carrera, fueron demasiadas y bienvenidas.
Mi experiencia en Japón


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