Un intercambio académico es una experiencia que me encantaría volver a vivir. Son tantas cosas las que puedes aprender estando en otro país que no hay forma de que arrepientas. En lo personal, antes de que me fuera a Francia no sabía lo que en realidad iba a vivir allí, solo sabía que quería aprender de esa cultura y de su idioma. Al llegar a Angers, me encontré con la sorpresa de que no era la única que estaba en esta posición, pues alumnos de escuelas en todo el mundo lo estaban haciendo. Ahí me encontré con personas de Italia, Estados Unidos, España, Canadá, Brasil, Alemania, Francia, entre otros países; hicimos muy buenos lazos de amistad y compartimos muchos momentos buenos. Después de esto puedo decir que alguno de mis mejores amigos ahora se encuentran en Estados Unidos y Alemania. ¿Quién iba a decir que tendría que viajar hasta Francia para conocerlos?El reto más grande de esta experiencia fue el choque cultural. La comida, las costumbres, el idioma, la forma de pensar de los franceses. Pero ya estando ahí aprendes tanto de ellos, que te sientes parte también de su cultura. Lo más difícil para adaptarse es el idioma; un idioma el cual se habla muy rápido y pero se aprende rápido.Con este tipo de programas académicos que brinda CETYS, tienes la oportunidad de estudiar en otra escuela, conocer a gente de todo el mundo, vivir y aprender de otras culturas. Además que también se puede tener el tiempo para viajar y conocer de otros países, dado a la cercanía de fronteras que tienen los países europeos. En lo personal yo creo que se tienen que aprovechar estas oportunidades para vivirlas al máximo, ya que son experiencias que solo se te presentan una vez y no debemos desaprovecharlas.
Me encantaría volver a vivirlo


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