El país vive una de sus crisis políticas más profundas de las últimas décadas. La aprobación del Presidente Enrique Peña Nieto se ha desplomado, derivado de escándalos como la millonaria casa blanca de su esposa, los 43 normalistas desaparecidos, y la falta de transparencia en ciertas licitaciones públicas. Lamentablemente, el Presidente de la República no ha sido el único cuestionado por la ciudadanía, algunos gobernadores y presidentes municipales alrededor del país han enfrentado cargos de corrupción y vínculos con organizaciones ilícitas. Aunado a esto, las cinco instituciones que menos confianza generan entre la población, de acuerdo a la última encuesta de Consulta Mitofsky (Febrero de 2014), son: la policía, con una evaluación promedio de 5.8 en escala de cero a diez; senadores (5.7); sindicatos (5.6); diputados (5.4) y partidos políticos (5.1). Quizá lo más preocupante es que la tendencia de los números es a la baja, recrudeciendo así la crisis institucional que encabeza el sector público. Parte de esta crisis también radica en los magros resultados que han tenido esta administración y las anteriores en revalorar el salario de los mexicanos, promover la creación de fuentes de empleo, proveer seguridad pública para los ciudadanos, y garantizar un sistema de justicia eficaz. Ante la crisis institucional que afronta nuevamente el país, podemos encontrar varias áreas de oportunidad; quizá la más urgente sea profundizar en la profesionalización del sector público. Un buen número de ciudadanos cree que, en este país, generalmente los puestos públicos se asignan con base en relaciones de amistad y a pago de favores en lugar de aptitudes y capacidades. Además, la mayoría de los puestos públicos carecen de un perfil que permita conocer las cualidades deseadas del candidato ideal al mismo. Esto facilita la llegada de funcionarios poco calificados o con habilidades diferentes a las necesarias para ejercer el puesto. Una parte importante de la profesionalización del sector público incluye el estudio de grados académicos relacionados con la gestión del gobierno a sus tres niveles, y su relación con el sector privado. Esto permite que los empleados públicos conozcan a profundidad la dinámica del gobierno, además de los tiempos administrativos internos del sector público en la aprobación y ejecución de proyectos. Es urgente que los ciudadanos que laboran en el sector público puedan evaluar, analizar y proponer políticas públicas que impacten positivamente a la sociedad. Ante la baja recaudación que tiene México cuando se compara con otros países de la OCDE, es imperante un uso eficiente de los recursos públicos. Esto sólo se alcanzará con servidores públicos que sepan mapear a los ciudadanos que necesitan apoyo, que diseñen los programas con los incentivos suficientes para no crear dependencias, y que logren llevar el apoyo realmente a quién lo necesita y no se quede en manos de intermediarios. Es fundamental volver a tocar temas de ética y responsabilidad social en el sector público; inculcar en el servidor público que el comportamiento ético es más rentable en el largo plazo que optar por prácticas corruptas. La profesionalización del sector público también incluye capacitar individuos con amplio conocimiento de las relaciones público-privadas, capaces de encontrar sinergias y diseñar proyectos ganar-ganar en beneficio de todos los actores involucrados. Los proyectos de dominio exclusivo del gobierno han quedado en el pasado, es necesario involucrar a empresas y organismos de la sociedad para potenciar el alcance de los mismos. Todos los actores de la sociedad debemos involucrarnos en esta tarea, principalmente las universidades públicas y privadas. Estas instituciones cuentan con la infraestructura y el capital humano para formar a los servidores públicos actuales y futuros. La decisión es impostergable, debemos hacer de este tema prioridad nacional si queremos recuperar mucha de la confianza perdida en el sector público. Dr. Mario Vázquez Maguirre Coordinador Académico del MBA / Posgrado Campus Ensenada mario.vazquez@cetys.mx Columna publicada en El Vigía.
La profesionalización urgente del sector público
