Intercambio: Una verdadera milonga

Participar en los programas de intercambio que ofrece CETYS ha sido una experiencia llena de sorpresas y gratos momentos, con un nuevo estilo de vida independiente.Vivir en otro país brinda aprendizaje académico al estudiar en una nueva universidad, con un sistema distinto en los cursos y las evaluaciones, permite sin duda darse la oportunidad de conocer nuevas personas, escuchar sus puntos de vista, sus ideologías y culturas, formando una visión más amplia sobre cuestiones sociales a nivel mundial.Convivir, coexistir, valorar, formar amistades para toda la vida, ceder ante puntos de vista y personalidades y al mismo tiempo, fundamentar la opinión propia con argumentos firmes.Las dinámicas cambian y empecé a darme cuenta que cada persona es un mundo, que no importa si vienen del mismo país que tú o de otro continente, se aprende a identificar y tomar lo mejor de cada persona.Formar hábitos desde organizar mi tiempo, reorganizar prioridades y responsabilidades escolares, hasta aprender nuevos vocabularios, expresiones, acentos, señas. Me di cuenta que mi país de origen no es el centro de todo, que siempre van a haber distintas situaciones en donde el punto de comparación es inevitable, pero no define a un país como mejor o peor que otro, simplemente diferente. Me sorprendí al descubrir lugares y paisajes inimaginables en los países visitados, me enamoré de mi nueva ciudad Buenos Aires y valoré Tijuana.Me atrevo a decir que ahora sé que los dueños del mundo son los de mente abierta, los que permiten el cambio, los que tienen ideales en constante desarrollo, en y por beneficio personal y de los que les rodean, con un amor único hacia sus familias, con la camiseta bien puesta y los colores de su bandera tatuados en el alma. Todo se resume a perseverancia, esfuerzo, pasión y convicción. Regreso a México contenta y muy satisfecha por todo lo aprendido a nivel profesional y personal.Agradezco el apoyo de todos los que hicieron posible esta experiencia y la convirtieron en una aventura inolvidable, en una lección, o como dirían en Argentina, una verdadera milonga.