Desde el sexenio de Vicente Fox hasta el de Felipe Calderón los informes a la nación se trasformaron en buenos propósitos. Fueron y son deseos por cumplir en navidad y año nuevo. Y son materia de discusión burda de economistas e intelectuales en los medios de comunicación masiva. Ahora, ya no se analiza lo que se hizo; si no le que se piensa hacer: vaya manera de fabricar cortinas de humo de aquello que no se ha podido construir.Por lo anterior, y con el firme propósito de no caer en tarjetas navideñas de buenos deseos, nos hemos propuesto la tarea de hacer un pequeño informe del comportamiento de los grandes agregados macroeconómicos en los tres años de gobierno del actual sexenio y plantear algunas alternativas de solución con respecto a la crisis que vivimos. En primer lugar la canasta básica fue de 818.48 pesos en 2006, en 2007 el aumento fue de 1098.14 pesos y en diciembre de 2008 el aumento fue de 1652.97 pesos. Estamos a la espera del aumento en el año de 2009, que según analistas ronda en un costo de la canasta básica en 2314.15 pesos. Al hacer un recuento porcentual tenemos que de 2006 a 2007 el aumento fue de 34.85 por ciento, de 2007 a 2008 de 50 por ciento y se espera que de 2008 a 2009, el aumento en la canasta básica sea de un 40 por ciento, lo que nos da un aumento acumulado de 124.85 por ciento. Por otro lado, los salarios en 2006 fueron de 48.57 pesos en promedio, de 50.57 en 2007 y en 2008 fueron de 49.05 y 52.60. Ya para 2009 es de 53.33 pesos en promedio. Al sacar los porcentajes de aumentos mínimos salariales tenemos que de 2006 a 2007 fue de 4.1 por ciento. De 2007 a 2008 fue de 7.2 por ciento y de 2008 a 2009 en porcentaje fue de 1.38 por ciento. Lo que resulta en un aumento acumulado entre 2006 y 2009 de 12.68 por ciento. Muy lejos del aumento acumulado de precios de la canasta básica de 124.85 por ciento.Esto nos indica el problema que se tiene en los hogares y se ve claramente que no alcanza ni para comer, ya que con este salario apenas compramos la mitad de los productos de la canasta básica.Por otro lado, el PIB ha crecido en lo que va del sexenio, tomando como base 1993, en 4.81, 3.29 y 1.35 por ciento en 2006,2007 y 2008 respectivamente. Se espera que para 2009 sea de -7.2 por ciento. En promedio el PIB ha aumentado en la presente administración en un -2.56 por ciento, si tomamos los años 2007, 2008 y 2009. Lo que nos indica un camino difícil en materia de producción. Asimismo, y como producto de la reactivación económica de Estados Unidos, se considera que para 2010 el PIB aumente en un 3 por ciento aproximadamente.En materia de desempleo abierto tenemos que los indicadores no son muy positivos. Según la OCDE, para el 2006 fue de 3.6 por ciento, en 2007 de 3.9, 2008 de 3.9 y para el 2009 se considera que será de 5.7 de la población económicamente activa. Y para el 2010 será de 6.9 por ciento. Lo que nos arroja un nivel de desempleo abierto de 3 millones de personas que componen la PEA, más 1.5 millones que se agregan cada año. Desempleo que aumenta la miseria y la pobreza que se aproxima a 6 millones de pobres más en este sexenio. Según la CEPAL tan sólo la crisis generó 9 millones pobres en América Latina. La mitad se han creado en nuestro país y hay el 38.8 por ciento de pobres, lo que representa alrededor de 41 millones de habitantes, de los cuales 15 millones están en extrema pobreza. Después de estos datos tan negativos, no queda más que proponer reformas energéticas, fiscal, del Estado, etcétera, ya que es muy poco lo positivo por informar. Aún más, si hablamos de educación estamos muy por debajo de los países de la OCDE. En términos de productividad también, en deshonestidad el problema se agranda, etcétera. Prácticamente el barco está hundido a la mitad en un mar de circunstancias negativas en donde hacerlo emerger requiere de verdaderos cambios de timón que lo lleven a la superficie.Y es que tenemos problemas muy serios; pero lo peor es que no se encuentra la manera de salir de ellos. Este diagnóstico no es con el afán de mostrar lo malo de un ejercicio sexenal. Desafortunadamente no tenemos otros datos que nos alegren la existencia y nos preocupa la manera en que puedan ser solucionados.Si seguimos en el actual modelo de económico contractivo, inspirado en el consenso de Washington, mismo que se ha aplicado desde hace 30 años, jamás encontraremos el camino al desarrollo y crecimiento económico. Así también, si continuamos insertándonos al comercio internacional como dependientes del mercado estadounidense, tampoco vamos a progresar, ya que nuestro mercado interno lo hemos descuidado y no hemos sido capaces de generar empleos que estimulen el consumo de los mexicanos. Tampoco hemos visto otros mercados que pueden hacer que crezca nuestra economía. Increíblemente somos el segundo lugar con mayores tratados libre comercio después de Chile y poco volteamos a ver el potencial que tienen esos lugares.En esencia no vamos a salir adelante con las mal llamadas reformas que lo único que hacen es apoyar a empresarios extranjeros y a los del país los olvidamos. Preferimos darle concesiones a empresas foráneas y no a nuestros connacionales que viven en esta nación y que consumen de lo que podemos producir.No vamos a salir adelante si no tenemos un proyecto de nación sólido y vemos que el futuro apunta a tecnologías limpias y a la creación e innovación tecnológica. Todo lo vendemos porque nosotros no tenemos la tecnología apropiada y no la procuramos. No se apoya a la educación y menos investigación e innovación tecnológica. No hay programas concretos para ello y mucho menos para mecanizar el campo. Continuamos con un modelo de yunta y arado. No vamos a progresar si persistimos en observar pleitos políticos sin importancia que los medios masivos atienden como atracción para sus programas; pero que en poco resuelven el verdadero problema de la economía. Tal es el caso actual del delegado de Iztapalapa, o disputas estériles que nos llevan a un callejón sin salida. Esto pertenece al subdesarrollo mental de los pueblos. No vamos a desarrollarnos si insistimos en cerrar espacios a las inversiones por la falta de políticas adecuadas y barreras que tienen que ver con monopolios, oligopolios y concesiones a grandes empresarios a los cuales se les ha perdonado todo tipo de impuestos y pago de servicios.No veremos un futuro mejor si no cambiamos al actual Estado en otro más democrático, justo y trasparente. En donde atendamos desde los problemas más pequeños hasta los más grandes. Desde la mejora en la calle, en la atención vecinal, en el bache de la esquina, en la seguridad de la casa y el negocio, y sobre todo en la atención jurídica a los problemas que surgen del hogar producto de rencillas o de servicios como la salud y la educación.No vamos a mejorar con la idea que tiene este Estado de trasformación de la realidad. No ve que la población ya no quiere grandes ideas. Desea que la justicia toque su puerta. Que el foco de la calle prenda. Que el camión de la basura llegue y el grafiti desaparezca. Que haya orden en el tránsito y respeto al peatón. Que el policía no atraque a la gente y las mordidas desaparezcan. Que las calles no sean de vendedores y de gente que las aparta para ganar dinero.No podemos trasformar esta vida si no enfrentamos con agallas un cambio verdadero como personas y seguimos actuando de la misma manera. Nos pasamos mucho tiempo viendo telenovelas, talk show y programas sin un verdadero contenido cultural y didáctico; estamos alimentados por una televisión que crea círculos viciosos y no virtuosos que aumenten los niveles culturales. Es por ello que lo que tenemos como gobierno tal vez sea justo, ya que no nos proponemos cambiar y educarnos como pueblo. No deseamos tener limpias nuestras calles y nuestra casa. No somos responsables en el trabajo y en nuestro hogar, y mucho menos laboramos por realización y superación. Recuerdo a un amigo que me invitaba a comer a su casa y su suegra estaba sentada viendo telenovelas. Su esposa también las veía y poco platicaba con ella por estar atenta a la televisión. A un lado en el sofá estaba una niña de tres meses. Ahora esa niña es mayor y tiene un hijo. Al ir a verlo veo que suegra, esposa e hija ven telenovelas y el hijo de tres años se queda viendo al televisor. Me pregunto: ¿Cuándo vamos a mejorar si somos atados a medios de comunicación que propician la ignorancia y nos gusta estar en la misma situación? No sé qué pensar: por un lado siento que es benéfico para el Estado y la estructura social mantener el status quo, ya que le permite sostener el poder en base a la ignorancia. Por otro, que si al Estado le conviene y a ciertos intereses ocultos dentro de la sociedad, lo mejor es darnos cuenta de la necesidad de cambiar como individuos para trasformar nuestra realidad en una más rica en todo sentido. En suma, los problemas económicos son en parte responsables por la forma en que actuamos y vivimos. Es necesario que ello nos lleve a la creación de alternativas futuras enmarcadas en la honestidad y la creación de riqueza. En la superación personal y social y sobre todo, en la creación de oportunidades de parte del Estado y de la propia sociedad. Si únicamente damos discursos para generar votos para la próxima contienda electoral por la presidencia estamos perdidos. Ojala y modifiquemos nuestras cartas de deseos navideños por unas más reales que nos lleven al crecimiento y desarrollo; tal y como lo han hecho países como España, Brasil, Dubái o China, que antes estaban económicamente por debajo de nuestra nación y han sabido trazar su futuro. Seguir escuchando dichos discursos o propuestas sólo nos lleva a cambiar de canal de televisión, pasar a la próxima página de mi periódico o bien, cambiar de estación en la radio, ya que no vemos, y ojala y así lo sea para bien de todos, a un verdadero estadista capaz de trasformar la realidad de sus gobernados.
Informe de tres años de gobierno o la necesidad de un estadista

