“Fue una experiencia que cambió mi vida”

La experiencia de viajar a un país de Escandinavia surgió de la nada, quería algo diferente, un lugar donde no hubiera mucha gente visita y así tener muchas y diferentes historias que contar.Viajamos a Finlandia tres estudiantes del CETYS Ensenada, llenos de dudas y expectativas. En total éramos 32 estudiantes de intercambio de todo el mundo, entre españoles, catalanes, vascos, franceses, alemanes, turcos, polacos, lituanos, italianos, checos y chinos. Un grupo muy diverso en cultura, lo cual no importó ya que nos llevamos muy bien.La Universidad es de primer mundo. Hay pantallas al entrar que muestran la información de las clases, hay percheros comunes donde dejas tu chamarra, bufanda y gorro con la confianza de no te las van a robar; los salones tienen un pizarrón de gis y otro de plumón, proyector, computadora, cañón, pantalla blanca plegable y hasta un lavamanos; hay muchos laboratorios de computación, también de química y hasta de costura. Después de esa intimidación, me di cuenta que las clases no eran fuera de lo común, eran en Inglés y muy sencillas; te enseñan a un ritmo muy cómodo, sin necesidad de sobrecargarte de información y hacerte sufrir. Tuve la oportunidad de viajar a Tallin, capital de Estonia, y a la ciudad de Turku; a Riga, la capital de Letonia; y al lugar más impresionante y bonito que visité fuera de Finlandia, a San Petersburgo la ex capital de Rusia; un lugar lleno de historia, palacios, monumentos e iglesias.Algo que me gustó fue que los estudiantes vivíamos en una residencia o villa de estudiantes, así que los de intercambio vivíamos a metros de distancia y siempre podíamos visitarnos. El 15 de septiembre organizamos una fiesta mexicana donde dimos quesadillas, todos quedaron encantados con nuestro exquisito platillo; así que también se hicieron fiestas francesas, italianas, españolas, alemanas, etc. Fue una experiencia que volvería a repetir, me gustaría regresar a Kokkola y estar con la misma gente con la que conviví cuatro meses de mi vida; fue una etapa donde en ocasiones extrañas a la familia, pero que también te das cuenta que puede ser que nunca más vuelvas a ver a las personas con las que estás y que tienes que aprovechar todo tu alrededor. Fue una experiencia que cambio mi vida, como todo tiene sus pros y sus contras, de los cuales aprendes mucho, obtienes mucho beneficio y puedes llegar a valorar muchas cosas que antes ni te dabas cuenta que las tenías. Y sí, lo volvería a hacer, volvería a vivir en otro país y regresar a México a platicar todo.*Extracto de testimonio.