A unos días de la entrega de los Oscares en el Teatro Dolby y el cumpleaños 211 de Victor Hugo, importante figura del romanticismo (entendido como la corriente artística que coloca las emociones sobre el racionalismo), Los miserables, obra escrita en el exilio auto impuesto por el poeta, ha atraído la atención de los cinéfilos, sobre todos los amantes de los musicales, y otros tantos que gustan de la lectura de obras clásicas. Por otra parte, el mes de febrero es propicio para que cualquier publicación hable de las emociones, en especial el amor entre parejas, en este caso, la revista Algarabía publicó un artículo llamado "Todos somos románticos" mezclando estos temas… y sí que lo seguimos siendo, pero en una forma muy distinta que antaño. No hablemos de las canciones de Luis Miguel o los poemas de Sabines, sino de una tendencia con la que hemos crecido, y que incluso los que somos formados en áreas de Negocios pocas veces notamos.Resulta ser que durante gran parte del siglo XX, en el cual gran parte de nosotros nacimos, los negocios eran mera cosa de números, decisiones frías y procesos; ahora vemos casi en cualquier lugar conceptos como "innovación", "liderazgo", "ética de negocios", "empoderamiento" y cuánta cosa más se nos ocurra al respecto. Pero lo curioso, es que de la nueva corriente de los negocios han salido también los héroes que la humanidad necesita, porque sin héroes los pueblos perdemos nuestra identidad. La imagen de las buenas causas y la mejora que buscan los diversos grupos sociales vienen amarradas ahora al sueño de un emprendedor; a la filosofía organizacional de algún ente económico, generalmente con fines de lucro; a un producto que ha de cambiar nuestras vidas, de acuerdo a lo que hemos aprendido de los medios de comunicación. Steve Jobs, Mary Kay Ash, Carlos Kasuga, entre otros, son las personalidades de quienes nos vienen los consejos para ser mejores personas, y no estoy diciendo que sea algo negativo del todo porque nada de malo hay en la tan famosa frase de Jobs "Stay hungry, stay foolish" que recordó siempre gracias a una publicación de sus años de juventud (The Whole Earth Catalog, que por cierto se puede comprar en línea) y con la cual, aún después de su deceso, sigue motivando a miles de personas; positivo es también el legado que dejó Mary Kay Ash basada en la "La regla de oro" y su jerarquización de valores que coloca en la cima lo espiritual y lo familiar, misma que dejó como legado en la filosofía, por cierto, de su organización; y lo es además lo dicho por Carlos Kasuga: que para ser un empresario de excelencia se debe primero "Bien ser, Bien hacer, Bien estar y Bien tener". Los románticos murieron por su amada o amado, por su patria, por la poesía; los nuevos románticos viven para un sueño, una pasión cuya sed se calma apenas con mejores productos y organizaciones con un impacto positivo en el un mercado que se denomina como global. Estos nuevos románticos están hambrientos de todo y fueron tocados por una era tecnológica imparable que ellos mismos alimentan: los jóvenes quieren ser como ellos y los pueblos les veneran. Es inevitable la aplastante influencia del factor económico en nuestras vidas actualmente, pero está demostrado que cualquier tema llevado a extremos ciegos de otros puntos de vista no llevan a nada bueno: ignorancia, guerras, odio entre grupos sociales diferentes, por mencionar algunos. Hemos llegado a un momento que se dice calmo, pero es importante notar que estamos en la mitad del péndulo.Adriana PérezEstudiante de octavo semestre de Administración de Empresas.Ganadora de Peritus 2012 (Poesía Joven).Programa Jóvenes Creadores de la FLM, género Poesía (Universidad Veracruzana). ——————————————————————————————————————Si eres estudiante de CETYS Universidad, Campus Mexicali y te interesa participar en esta sección, manda un correo a paulina.buendia@cetys.mx.
Emprendedores (o los nuevos románticos)

