Animarme a participar en el programa de intercambio académico me fue muy difícil, pues soy muy apegada a mi casa y nunca había estado fuera, pero siempre quise visitar Japón, por lo tanto sin pensarlo solo me atreví a ir. Al principio me sentía muy nerviosa, pero llegando a allá se me olvidó un poco con la emoción de poder estar en ese país.En general fue una experiencia inigualable, por el hecho de poder vivir sola, solucionar problemas por mí misma, convivir con otras personas, otras culturas, hacer buenas amistades, experimentar esa cultura que es tan diferente a la nuestra, visitar lugares sorprendentes, la comida, entre otras cosas.Lo que me enamoró de primera impresión, fue la enorme calma que sentía caminando en la calle, ya que es uno de los países más seguros del mundo; no tener que estarme cuidando de las personas. De igual manera, el respeto entre las personas y su orden tan marcado. Fue una impresión tremenda la diferencia de culturas y en sí, todo lo que viví ahí. Realmente regresé más enamorada de Japón y pienso regresar definitivamente.
Japón, un país al que quiero regresar


testimonio_gde.jpg
