En la actualidad estamos viviendo una vorágine de cambios debido a la globalización; ni duda cabe. Vivimos al descubierto en todos los renglones y más en los negocios internacionales. Es una revolución que ha proletarizado todos los bienes y servicios para bien de un público consumidor y con ello, hemos cambiado sustancialmente nuestro quehacer cotidiano.Hoy día las corporaciones están modificando su producción, su tecnología y la manera en que se trata a los compradores. Es una revolución del pensamiento que nos lleva a pensar en el fin de la corporación multinacional y el nacimiento de la empresa mundial. Ahora, los grandes corporativos ya no están preocupados únicamente por explotar los recursos de los países en donde producen un bien y lo mandan a las naciones más desarrolladas. (Raymond Vernon, 1960)Es un cambio vertiginoso que tiene que ver con la producción en el país en donde se encuentran las materias primas o los factores productivos. Es la empresa mundial que invierte en los países y vende en ellos sus bienes y servicios. La dinámica nos lleva a pensar en una corporación que atiende deseos diferentes y en donde podemos disfrutar de aquellas mercancías que únicamente los países desarrollados consumían.Productos que ahora compramos y que antes sólo las naciones más avanzadas podían hacerlo. En este momento adquirimos un automóvil con todos los aditamentos y exigimos más de acuerdo al avance que se tiene en el consumo mundial. Podemos disfrutar del aroma de un perfumé que únicamente se vendía en Paris con todo y su fragancia. Asimismo, compramos en Alaska tequila que se produce en una región de Jalisco protegido por el derecho de marca mundial.Este proceso se observa en Rusia en Brasil, en México y en general en todo el mundo capitalista. Es una fuerza avasalladora que ha penetrado en todos los mercados mundiales en donde empresas como McDonald, Coca Cola, Revlon, etcétera, las podemos ver en cualquier calle o en grandes plazas comerciales. Es una vida de estandarización de los productos que nos aproxima a la reducción de costos.Esta simplificación ha hecho que las ofertas ya no sean únicamente en un país. Es posible que veamos reducción de precios en varios lugares del orbe de un mismo producto o servicio; dada la dimensión global de la producción y las nuevas formas de atención al cliente. Y es que ahora no solamente se produce para un selecto grupo o nación. Se fabrica para todo el mundo y el mercado es global; lo que nos permite reducir costos y ofrecer el mismo bien a toda la humanidad ¡Ese es el gran cambio!De ahí que la escala de precios debe tornarse mundial. Es un proceso de ajuste que poco a poco se va relocalizando y que envuelve, no sólo al producto, sino a los mismos gustos. En palabras de Adam Smith: ¨Es la aproximación del precio de mercado al precio natural¨. Clientes que trasforman su forma de ver la realidad y que incluso modifican su cultura por precios sumamente bajos. Quién no gusta en este momento de una comida china o japonesa. Quién ahora no está desayunando comida mexicana acompañado de una Pepsi-Cola en la mesa: ese es un cambio que ven nuestros ojos y que la naturaleza social recompone día a día. Lo étnico da paso a un mundo global en donde aquello que era únicamente para ciertas culturas ahora lo disfruta todo el mundo. Las barreras tecnologías y las preferencias se cambian. La tecnología penetra los lugares más recónditos y reestructura la fisionomía antigua por una moderna. Los escaparates presumen a maniquíes vestidos con ropa occidental que todos desean. En la actualidad la ropa artesanal del Perú o de Bolivia hecha de alpaca o llama, cobra sentido en las calles de Broadway. El mundo se hace pequeño y podemos disfrutar del café y su aroma delicado en cualquier parte del orbe producido en México, Colombia o Brasil.Esta realidad se da por un precio agresivo que ha estado bajando constantemente. Producto de la tecnología y las innovaciones científico técnicas. Es también originada por los cambios en la organización de la producción y las formas en que nos insertamos a nivel mundial como empresarios. A veces, no es necesario el departamento de comercialización e investigación de mercados como en Japón. Los japoneses han preferido bajar los precios como forma de penetración en el concierto mundial y han sido seguidos por Estados Unidos, y sobre todo por el gigante Chino. Y es que el precio es un factor que inclina las balanzas y está fuertemente conectado a los costos.Es obvio: no podemos vivir en un mundo apretado que piense en el proteccionismo como arma para desarrollarnos. En la actualidad es necesaria la liberación de los mercados. Es una condición sine qua non para caminar por el otro sendero que nos lleve a la determinación de crear estructuras en los negocios mucho más amplias y que nos aproximen a mejores niveles de vida.En suma, debemos pensar que estamos en la aldea global en donde tenemos que los negocios se deben formular de acuerdo a varios aspectos: (1) la homogenización de las necesidades del mundo; (2) la disposición de las personas a sacrificar parte de sus preferencias; (3) la reducción de costos y por consecuencia la disminución de precios. Y por último, los avances científico técnicos que nos llevan a trasformar las organizaciones.Todo esto a su vez nos conduce a repensar en la atención al cliente (customer service), en la mejora en el trato y sobre todo, en la relación más permanente con aquellos que son la vida de la empresa y que hacen que crezca en un mundo altamente competitivo y global. Esa será nuestra vida de aquí en adelante y ya no hay regreso. Los que se duerman estarán condenados al fracaso.Juan Francisco González Bermúdez CETYS Universidad.Octubre de 2009
La Globalización de los Mercados
