Intercambio: Experiencia que Nunca Podré Igualar

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cetys

El estudiar en esa universidad es una experiencia que nunca en mi vida se podrá igualar y debo admitir que todo empezó desde el momento en que escogí ese país tan remoto. Al llegar a Taiwán las cosas no fueron para nada como las imaginé. Aún y por siempre recordaré emerger del metro en pleno corazón de la ciudad para tener mi primera vista de Asia, y lo bello y atractivo que lucía ese soleado día de febrero. Durante mi estancia me tocaron varios festivales, en los cuales la gente no tardó para hacernos parte de estas celebraciones muy sanas y divertidas. Desde la barbacoa Taiwanesa, que es como un viaje al parque y cocinar a la intemperie, hasta el festival de carreras de botes Dragón, donde la destreza, fuerza y coordinación de un largo grupo de personas es parte importante del juego.La ciudad es de primer mundo. Podría llamar a Kaohsiung, mi segundo hogar. Dicha metrópoli es muy completa, con el río del amor que la atraviesa de punta a punta y el imponente 85 (un edificio de 85 pisos de altura, aguardándola día y noche). Respecto al ámbito académico, debo anotar que todas las clases me fueron impartidas en inglés por maestros de variadas nacionalidades y no tuve problema alguno desenvolviéndome con mis compañeros procedentes de diversos paises.De manera general, en mi recuento de esta experiencia figura lo siguiente: aprendí mandarín, interactué con gente de países que nunca había considerado seriamente y me gustó mucho mi intercambio. Sin duda viajar a este bello país vale la pena, si has pensado ir, ¡hazlo, no te arrepentirás!.*Extracto de testimonio.

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