Creo que la experiencia de un intercambio es algo sumamente enriquecedor desde diferentes puntos de vista. En la cuestión académica tienes la oportunidad de conocer otras formas de enseñanza, de aprendizaje, la manera en que otros jóvenes de tu edad estudian y cómo ven la aplicación de sus carreras. Obtienes una visión más amplia acerca de las grandes posibilidades que este mundo te ofrece con una buena base educativa. En lo personal mejoré muchísimo mi relación con muchos amigos y familia. A distancia es tan necesaria una palabra de aliento, que te tomas el tiempo de escribir y decir cosas que en tu ritmo de vida diario no tienes el momento adecuado para externarlas. Durante el intercambio hice gran amistad con personas de diferentes nacionalidades y encuentras la oportunidad de platicar sobre diversos aspectos de la vida y comparar cómo es la situación en otros países, cómo son otros estilos de vida. Notas las fallas que puede tener México en áreas como la tecnología o desarrollo, pero también te enorgulleces por sus tradiciones, la rica cultura con la que contamos y la gente tan emprendedora. En un par de ocasiones viajé sola y me sirvió muchísimo para conocerme más. Cuando viajé acompañada aprendí acerca de la tolerancia y a entender que no todos vamos al mismo ritmo o tenemos el mismo interés en las cosas.Lo más importante y difícil de lidiar durante estos seis meses fue con la libertad. Hasta que experimentas un intercambio es una palabra que vives plenamente, pues no hay nada ni nadie que te diga qué debes hacer o cómo comportarte, tú decides todo. Yo por mi parte traté siempre de conocer lo más posible, viajando, leyendo, platicando con mis amigos de otras nacionalidades, visitando museos y lugares culturales, y además cumplí con mis obligaciones escolares. De todas mis experiencias ninguna lamento y agradezco el inmenso aprendizaje, tanto personal como mundial, que este viaje me dio. *Extracto de testimonio.
Intercambio: Aprendizaje Mundial
