Por: Oralia Meza Acosta y Carolina Angulo Inzunza, estudiantes del Diplomado en Liderazgo para Directivos
Los sorteos universitarios no solo financian becas; también fortalecen el sentido de pertenencia entre estudiantes, egresados y comunidades locales. Este texto comparte cómo transformar un mecanismo tradicional de recaudación en una herramienta de identidad y compromiso social.
En la educación superior latinoamericana, el financiamiento de becas sigue siendo un reto estructural. Cada ciclo académico, miles de jóvenes dependen de apoyos económicos para continuar sus estudios, y detrás de cada historia de éxito suele existir una red invisible de solidaridad institucional.
En CETYS Universidad, los sorteos universitarios nacieron como respuesta a esa necesidad: una forma de recaudar recursos sostenibles sin depender completamente de fondos públicos o donaciones externas. Sin embargo, con el tiempo descubrimos que su verdadero potencial va más allá del aspecto financiero: pueden convertirse en una plataforma viva de pertenencia y compromiso social.
Este artículo explora cómo transformar este modelo en una experiencia formativa y comunitaria que inspire fidelidad, orgullo y participación activa dentro y fuera del campus.
Del financiamiento al propósito compartido
Todo inició con una pregunta sencilla: ¿qué sienten los estudiantes cuando reciben una beca? Las entrevistas se realizaron en los 3 campus con más de 100 estudiantes y egresados que contaron o cuenta con una beca y nos mostraron que el apoyo económico no solo alivia una carga; cambia biografías familiares. En muchos casos, es la primera vez que un integrante logra acceder a la educación universitaria. Ese logro genera movilidad social, orgullo familiar y compromiso con el futuro.
Una egresada que estuvo becada en la carrera de Licenciado en Mercadotecnia Estratégica lo resumió con claridad:
“No solo me dieron la oportunidad de estudiar, me enseñaron a no rendirme. Cuando vendo un boleto del sorteo, no vendo un premio, vendo posibilidades como la mía.”
Este tipo de testimonios revela que el impacto de una beca se multiplica socialmente. Las familias se convierten en embajadoras naturales del proyecto, compartiendo historias que legitiman el valor de invertir en educación.
El sentido de pertenencia como ventaja competitiva
Mientras que en México y gran parte de América Latina la relación con la universidad suele concluir con la graduación, en nuestro país vecino Estados Unidos es común observar una cultura de identidad universitaria muy arraigada. Los egresados participan activamente en donaciones, mentorías y redes profesionales, fortaleciendo así la sostenibilidad de sus instituciones.
¿Por qué no replicar ese modelo cultural desde el inicio del ciclo universitario?
En lugar de esperar que el sentido de pertenencia surja tras años de experiencia, podemos sembrarlo desde la etapa de prospecto. En las estrategias de comunicación e inducción que genera el área de mercadotecnia de Sorteos del CETYS para los alumnos de nuevo ingreso, incluimos charlas con exalumnos becados durante los eventos de admisión. Escuchar cómo un apoyo financiero cambió su vida genera empatía y una conexión inmediata con la misión institucional.
Además, los sorteos se presentan no solo como una fuente de recursos, sino como una forma tangible de contribuir a una causa educativa. Cada boleto vendido simboliza una oportunidad más para que otro joven estudie.
La comunidad como motor del propósito
Detrás de cada sorteo exitoso hay una comunidad comprometida. En CETYS Universidad, Estudiantes, personal administrativo, voluntarios y hasta familias se involucran en el proceso. Cada uno desempeña un papel fundamental: quienes venden boletos, quienes difunden las historias y quienes participan como compradores.
Sin embargo, mantener su entusiasmo requiere una estrategia sostenida. Hemos identificado tres acciones prácticas para fortalecer esta participación:
- Reconocer públicamente a los actores clave. No se trata solo de premiar a quien vende más, sino de visibilizar el impacto colectivo de su labor. Publicar historias de estudiantes becados y de quienes les apoyan genera orgullo institucional.
- Vincular la venta con experiencias formativas. Incluir el sorteo dentro de proyectos de liderazgo o servicio comunitario convierte la participación en aprendizaje.
- Retroalimentar con transparencia. Compartir los resultados financieros y mostrar cuántas becas se financiaron refuerza la credibilidad y la motivación.
Estas prácticas transforman una tarea administrativa en una experiencia educativa.
Más allá del boleto: identidad y compromiso
Uno de los mayores aprendizajes institucionales ha sido entender que la cultura de pertenencia se construye, no se hereda. Cuando los estudiantes perciben que su esfuerzo impacta directamente en otros, se activa un ciclo virtuoso: el becado de hoy puede ser el donante o mentor del mañana. Ese sentido de continuidad fortalece tanto a la universidad como al tejido social que la rodea.
Los sorteos universitarios, vistos desde esta perspectiva, son más que una herramienta de recaudación: son un instrumento de formación en valores, empatía y ciudadanía activa.
El futuro de la educación superior depende tanto de su capacidad de innovar como de su habilidad para generar pertenencia. Los sorteos universitarios ofrecen un ejemplo concreto de cómo una práctica tradicional puede evolucionar hacia un modelo integral de sostenibilidad y comunidad.
El reto no es solo vender boletos, sino construir una red de vínculos duraderos entre estudiantes, egresados, familias y sociedad. Si logramos que cada participante vea en el sorteo no una rifa, sino una inversión colectiva en movilidad social, estaremos más cerca de consolidar una cultura universitaria verdaderamente comprometida y sostenible.
