El rol del entrenador: predicador ejemplar con mente de acero

Para gran parte de los espectadores, el éxito de un entrenador deportivo se debe a la buena suerte, a la tendencia del destino o a que su equipo se maneja solo. Estas son conclusiones poco fundamentadas y hasta demeritorias en algunos aspectos.

La realidad es que, cuando a un estratega le va muy bien, esto es consecuencia de un cúmulo de esfuerzos por ser mejor que antes y por ofrecer algo valioso a sus deportistas. Gran parte de ese éxito está ligado a su estado psicológico.

El Dr. Aurelio Olmedilla Zafra, Profesor de la Universidad de Murcia con Doctorado en Psicología, mencionó un defecto común del timonel previamente exitoso en el campo de juego.

“Cuando un entrenador ha sido jugador profesional de alto rendimiento, es posible que exista una tendencia a pensar que sus deportistas tienen que jugar como él hizo o con el mismo compromiso que él tenía; esto suele ocurrir frecuentemente. Debe separar su pasado de su presente. Un buen entrenador que fue gran jugador recoge esa experiencia para adaptarla en situaciones, comprendiendo mejor a sus alumnos o a la mecánica interna del equipo. Esto le hace crecer enormemente (en conocimiento)”, respondió durante la videoconferencia Características Psicológicas del Entrenador.     

Sin ese guía hacia la victoria no pudieran existir programas de entrenamiento, no habría organización de equipos ni existiría ese enlace entre padres de familia y su hijo deportista. Sin embargo, hay que recordar que el estratega es también parte de esta máquina involuntaria que opera cada institución para su éxito.

La MPD Margarita Cerviño Bárcena, quien labora en el Comité Olímpico Mexicano, citó en otro apartado que los entrenadores merecen también atención en el aspecto humano ante la amenaza constante del estrés.

“El trabajo del psicólogo del deporte con el entrenador es justo ese: mantener un equilibrio para poder tratar a todos sus deportistas de la mejor manera. Al de élite o al de iniciación dando entrenamientos distintos o basados en su respectivo desarrollo. Pero sobre todo dándoles esa formación que, como buen entrenador, se tiene que dar. Porque es un guía, maestro y ejemplo”.

Es importante especificar que el funcionamiento psicológico de los deportistas se trabaja en tareas concretas, donde el entrenador aún está desarrollando su personalidad. Hay una necesidad de alcanzar un objetivo particular y la estimación de este.

La Mtra. Lourdes Borja Pérez labora en el Centro de Desarrollo Estudiantil (CEDE) de CETYS Universidad Campus Tijuana, dentro del Programa de Seguimiento Académico Deportivo. Antes fue estudiante Posgrado en Psicología de la Concentración en Educación Especial y deportista de la institución, especializada en baloncesto. Opinó que la actitud personal es clave para que opere un proyecto con éxito.

“Al entrenador se le ve inicialmente como experto en su área, influyente y ejemplo a seguir. Sin embargo y con la interacción diaria, los alumnos lo conocen más y pueden notar cuando está o no está de buen humor. Es aquí donde él debe concentrarse en su plan de trabajo y apoyarse de la cuadrilla técnica que lo rodea. El comportamiento del estratega puede influir en el accionar de sus pupilos”.  

Se trata de motivación, confianza, atenciؚón, autoconocimiento, metas, etc. El entrenador es capaz de dirigirse al equipo, pero también lo es para cada integrante para mantener una mente fuerte. Es un predicador ejemplar y su estatus mental siempre es importante.  

Mente sana, cuerpo sano, dicen.

 

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