Denominamos empatía a una de las competencias básicas de la inteligencia emocional, la cual permite ponerse en el lugar del otro y comprender su mundo interior. Este concepto, que parece tan sencillo, va más allá de entender la situación emocional de los demás; el mismo implica reconocer esas emociones, comprenderlas y demostrar comprensión, a pesar de no compartir o no estar de acuerdo con dichas reacciones emocionales.
El término “empatía”, según la Real Academia Española, es “el sentimiento de identificación con algo o alguien” y proviene del griego “empátheia”. Su composición contiene el prefijo “en” cuyo significado es “adentro, interior” y la raíz “pathos” que hace referencia al sentimiento de otro individual o colectivo. Por lo cual “empátheia” se puede entender como “lo que se ubica dentro del sentir ajeno”.
La empatía se compone de 3 elementos básicos:
- Cognición: detectar las emociones sin necesidad de que sean expresadas de manera verbal, sino a través de otros medios de comunicación, como la comunicación no verbal, teniendo en cuenta los gestos del cuerpo y del rostro, los movimientos de las manos, la postura, la distancia, las inflexiones, el tono y el volumen de la voz, el contacto visual, la expresión de la mirada, y demás aspectos que permitan reconocer los sentimientos del otro.
- Comprensión: para ser una persona empática, es fundamental comprender el sufrimiento del otro, entender que es lo que pasa por su mente y los motivos que lo llevan a sentirse de determinada manera, reconocer que sus emociones son posibles encontrándose en su situación, aunque uno mismo tuviera una reacción diferente. La empatía se basa en ver las cosas desde otra perspectiva, desde el lugar del otro y no desde el propio.
- Comunicación: la escucha activa, responder de forma compasiva y demostrar entendimiento y compresión a la carga emocional de manera verbal o con gestos como un abrazo, una palmada en el hombro, una caricia, es consecuencia de una actitud empática.
El ser humano tiene en su naturaleza ser empático: nacemos con la capacidad de empatizar y es importante que esta habilidad sea desarrollada a lo largo de los años para mejorar la calidad de vida propia y de quienes nos rodean. Demás está decir, que, como cualquier otra competencia, la conducta empática puede ser enseñada y aprendida.
El ejercicio de la empatía, es un hábito que nos beneficia tanto a nivel personal como profesional:
- Facilita las relaciones interpersonales
- Aumenta el grado de comprensión
- Provoca un efecto positivo, tanto en el prójimo como en uno mismo
- Aumenta la fortaleza de los vínculos
- Mejora la capacidad de liderazgo
- Transmite generosidad y respeto
- Permite tener otra visión de las cosas
- Aumenta la autoestima
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Mi comentario es quiero ayudar una persona que es actor sobre empatia y psicología sobre su personalidad
“Ponerse en el lugar del otro”, que vago concepto de empatía. Eso es lo que enseñan en el Cetys? ❌
Excelente información, gracias por compartir.