Además de recetarles fármacos (si su condición lo requiere) a las personas que acuden al médico debido a que padecen sobrepeso, obesidad, diabetes o alguna otra enfermedad metabólica, usualmente se les recomienda realizar actividad física, pero, ¿A qué se refiere exactamente con esto el profesional de la salud?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la actividad física como cualquier movimiento corporal producido por el sistema músculo-esquelético que requiera un gasto de energía.
Así que, todas las actividades cotidianas podrían ser consideradas como actividad física, por ejemplo subir y bajar escaleras, la limpieza del hogar, caminar a la parada de autobús o incluso en el trabajo, en la construcción, almacenes de carga o en maquiladoras; asimismo, se pueden incluir actividades recreativas como pasear en bicicleta, nado, caminata y trote recreativo, escalar o senderismo.
Sin embargo, el gasto de energía empleado en cada una de ellas depende mucho de su duración y de su intensidad.
Respecto a sus beneficios, la actividad física reduce las enfermedades cardio-metabólicas, previene y/o disminuye la depresión y ansiedad y mejora el aprendizaje, por mencionar algunos. Es por eso que la OMS sugiere realizar de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada a la semana para adultos y 60 minutos al día para niños y jóvenes.
Entonces, ¿Qué es el ejercicio físico? Al igual que la actividad física, es todo movimiento del cuerpo provocado por el sistema músculo esquelético que requiere energía; la diferencia entre uno y otro es que el ejercicio físico está planificado, estructurado y es repetitivo, y se caracteriza por diseñarse enfocado a un objetivo o meta en específico.
De acuerdo con Carlos Adame, ex preparador físico de CETYS Universidad Campus Internacional Ensenada, el ejercicio físico se clasifica en
- Aeróbico: Se utiliza la mayor cantidad de grupos musculares a intensidad moderada por un largo periodo de tiempo
- Anaeróbico: Ejercicios de fuerza y resistencia de intensidad elevada y de menor duración. Además de que es una actividad planificada, estructurada y repetitiva que depende de muchos factores, como objetivo y meta (corto, medio o largo plazo), bajo la medición de las variables de intensidad, frecuencia y volumen de trabajo.
El profesional destacó que los beneficios del ejercicio físico pueden ser incluso mejores que solo realizar actividad física, ya que su práctica disminuye el riesgo y ayuda al tratamiento contra enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes, hipertensión, obesidad y sobrepeso, así como mejora la composición corporal, ayuda contra la depresión y ansiedad, mejora la resiliencia y ayuda a la regulación del sueño.
Recomendaciones
Tanto la actividad física como el ejercicio físico son la base para la mejora de la salud y de la composición corporal, por lo que es recomendable realizar al menos 3 sesiones semanales donde se involucren la mayor cantidad de grupos musculares posible, de 3 a 4 series por ejercicio, de 8 a 15 repeticiones y un total de 5 o 6 ejercicios por sesión.
Otra recomendación es realizar al menos 2 o 3 sesiones de entrenamiento aeróbico de 20 a 30 minutos en una escala de esfuerzo percibido al 70%-80% (si ponemos la escala del 1 al 10, entre 7 y 8), esto es una manera indirecta y subjetiva de medir el entrenamiento, si ustedes cuentan con algún instrumento para medir la frecuencia cardiaca, entonces a un 70%-80% de la frecuencia cardiaca máxima.
Por último, con el fin de evitar alguna lesión por falta de movimiento, esto pasa mucho en lugares de trabajo donde permanecen sentados por una gran cantidad de tiempo, lo ideal es realizar de 10 a 15 minutos diarios de estiramientos de todo el cuerpo de 30 segundos a 1 minuto por ejercicio.
Finalmente, se recomienda hacer cualquier clase de ejercicio o actividad física de las mencionadas, pero hay que ser constantes y se deben complementar con una buena alimentación, además de disminuir el sedentarismo.
