Cómo el alcohol sabotea el rendimiento deportivo

La relación entre el deporte y las bebidas embriagantes es extremadamente tóxica. Por cuestiones mercadológicas y durante muchos años, ambos han ido paralelamente juntos; sin embargo, en la práctica no es posible llevarlas de la mano pues desatarían un huracán en el organismo humano.

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año mueren tres millones de personas en el planeta, como consecuencia del consumo de alcohol. 13.5% de ellas ubicadas en el rango de entre 20 a 39 años de edad. 

Aunque abrumador, este dato no sugiere abolir el consumo de alcohol, pero sí moderarlo de acuerdo con las condiciones de vida y salud de cada consumidor. 

En el caso de un deportista de alto rendimiento o de alguien que se ejercita diariamente con un gran compromiso, una lata de cerveza o una copa de vino no deberían estar en la mesa. Pero la realidad es otra.

“Aunque algunos reportes pretendan decir lo contrario, la realidad es que no se recomienda el uso de alcohol porque es deshidratante. En el caso de los deportistas, es esencial mantenerse hidratados para que su rendimiento sea óptimo. Todo en exceso es dañino y el alcohol es aún más. Su exageración puede provocar hasta un coma etílico con afectación al sistema cardiorrespiratorio. En pocas palabras, la dosis hace al veneno”, explicó la Dra. Angélica Abigail Arteaga Alatorre, coordinadora de Servicios Médicos en CETYS Universidad Campus Tijuana.

Sustituir o combinar bebidas alcohólicas con otras opciones verdaderamente hidratantes (como el agua o el suero) tampoco es la mejor de las ideas; de hecho, a largo plazo podría ocasionar afectaciones hepáticas, pancreáticas, renales, cerebrales, cardiovasculares, emocionales y hasta somníferas. 

“El alcohol es diurético. Cualquier atleta de alto o bajo rendimiento atravesaría una fuerte deshidratación, si eso es lo primero o lo único que bebe después de jugar o entrenar. Además, es un producto depresivo. Por ende, el rendimiento y estado de ánimo se ven afectados en la siguiente práctica”, agregó el Mtro. Juan Alberto Romero Villalobos, preparador físico y entrenador de artes marciales.

Una cerveza contiene aproximadamente 150 calorías por cada lata de 355 mililitros. Según el Mtro. Romero, quemar esa cantidad de energía equivale a una sesión de 10 a 15 minutos de ejercicio moderado a un 50 por ciento.

Y, ¿Qué hay de la salud mental? 

“Exagerar el consumo de alcohol desde temprana edad se asocia con la depresión y la ansiedad. Recordemos que la salud es el bienestar biopsicosocial y no solo la ausencia de la enfermedad. Y el alcohol afecta en esas tres esferas: física, mental y social”, añadió la Dra. Arteaga.

¿El vino tinto es la excepción? Aunque se ha difundido que en personas adultas 200 mililitros diarios (más o menos una copa) constituyen la dosis ideal para disminuir el riesgo cardiovascular, el éxito detrás de esta sugerencia es la moderación. 

“El alcohol no es malo para el deportista, lo malo es excederse. Es cierto también que una lata de cerveza o una copa de vino pueden ser excelentes estimulantes, pero hay un efecto inverso cuando esto se convierte en un exceso. Simplemente, hay que ser responsables con nuestra salud”, mencionó el Mtro. Romero.

En cualquier caso, antes de comenzar a hacer deporte o simplemente ejercitarse, es recomendable acudir al médico y practicarse una revisión completa que permita detectar y tratar cualquier anomalía en el organismo.