Ejercicio, un aliado que fortalece cuerpo y mente en tiempos de Ómicron

En situaciones de ansiedad y estados de ánimo irregulares, el ejercicio es una de las mejores herramientas. Su práctica es capaz de mejorar el estado anímico general, y aporta beneficios muy claros en estados de depresión y ansiedad leves y moderados. 

En meses recientes, millones de personas alrededor del mundo están siendo expuestas a situaciones que los colocan en una posición vulnerable frente a la ansiedad, gracias a la lucha que persiste en contra de la pandemia de COVID-19, que pueden desencadenar, por ejemplo, en un trastorno de pánico caracterizado por la falta de respuesta del cuerpo para realizar actividades, entre ellas, ejercitarse. 

Pensamientos y dudas como si las personas cercanas están enfermas pero no presentan síntomas del nuevo coronavirus, si éste es más contagioso y mortal que el sarampión o si durante las actividades diarias contraes el virus y lo llevas a casa, afectando a tus seres queridos, son frecuentes y, de alguna manera, normales en una situación como la actual.

Sin embargo, todas esas reflexiones pueden rebasar la línea de lo racional. Cuando eso sucede, tienen un impacto físico que se manifiesta en episodios de hiperventilación o sudoración, e incluso, pueden agravar otros padecimientos preexistentes e impedir el desarrollo de una vida normal. 

No sentirse capaz de realizar una actividad física ni vivir la experiencia de realizar ejercicio, priva a la persona afectada de obtener la sensación de fortaleza, de seguridad y de control sobre sí misma, impacta su autoestima de forma negativa, explicó el Dr. Josman Espinosa Gómez, docente de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali, 

“El ejercicio estimula la glándula pituitaria que produce las endorfinas, hormonas vinculadas a funciones de neurotransmisión que regulan de mejor manera el dolor y generan sensación de bienestar. De alguna manera tenemos que empezar a buscar esa cantidad mínima necesaria para poder activar la respuesta autoinmune de cada uno de nosotros y que va más allá de lo físico”, comentó.

 

La aceptación como piedra angular

Los estragos de la actual crisis sanitaria mundial están golpeando tanto el desenvolvimiento de la vida social como la situación económica de las familias, enfrentando a prácticamente todas las personas a situaciones desconocidas en las que han tenido que concientizarse sobre que no es posible controlarlo todo. La aceptación de que puedes remediar algunas cosas, pero otras tantas están fuera de tu alcance, es muy importante. 

Prepararse físicamente, con la mira puesta en el momento en el que sea posible regresar (lo más parecido posible) a las antiguas rutinas, ayuda a recuperar la confianza. Saber que se puede seguir adelante, salir a la pista, levantar una pesa, atrapar un balón, contribuye a que la mente mantenga viva esa memoria muscular.

De acuerdo con el Dr. Josman, resistirse a la aceptación únicamente produce daños. Por el contrario, lo mejor o más recomendable es pensar que, como no hay nada certero, lo mejor que se puede hacer es prepararse y mantener una visión objetiva y realista, a medida que avancen las circunstancias. 

El año del re

Así que es momento de iniciar el año del “re”: Revisar, reparar, reemplazar, reaprender, reflexionar, reajustar, reconstruir, renovar, regresar, reescribir; replantear y reconstruir con base en lo que quedó, porque hay muchas cosas que han cambiado.

“Aceptémoslo, preparémonos y reinventémonos, la aceptación no es resignarse, la aceptación nos va a dar la posibilidad de darnos cuenta de nuestros alcances, nuestros límites y lo que tenemos para seguir, en un mundo en donde lo que hagamos, lo tenemos que revalorar”, finalizó el Dr. Josman Espinosa Gómez.

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