¡No es tarde! 5 consejos para empezar a hacer ejercicio si nunca lo has practicado

La actividad física habitual puede prevenir enfermedades crónicas y mejorar la calidad de vida de quienes ya las tienen. ¿Quieres cuidarte más pero nunca has practicado rutinas de ejercicio, y no sabes cómo empezar a hacerlo? Lógralo siguiendo estos consejos

Promovido como uno de los componentes fundamentales de un estado de salud óptimo, cuya práctica por lo menos durante 150 minutos a la semana puede prevenir afecciones crónicas y mejorar la calidad de vida de quienes ya las presentan, el ejercicio es una de las rutinas más valiosas que una persona puede mantener en su vida.

 

La reciente aparición y propagación del COVID-19, y el conocimiento de que un cuerpo sano y un sistema inmunológico fuerte son capaces de combatir esa enfermedad, o bien, de aminorar sus efectos desarrollando un cuadro leve cuando se presenta el contagio, ha concientizado a millones de personas alrededor del mundo sobre la necesidad de activarse para ayudar a su organismo a ser más resistente y saludable.

 

A pesar de todo esto, hay que reconocerlo: la actividad física es uno de los hábitos más difíciles de adquirir, especialmente si no se empieza a practicar durante la infancia. 

Sin embargo, no hay edad límite para empezar a practicar y disfrutar sus beneficios. Desde preescolar hasta universidad, y aún durante la vida laboral productiva y el retiro: Nunca es tarde para interesarse en un deporte o actividad que te haga desempolvarte y empezar a moverte, tanto de forma individual como en grupo. 

Ya sea con fines de competencia o recreativos, la actividad deportiva ayuda a formar el carácter y asimilar valores, actitudes positivas y respetar reglas durante la infancia y juventud, señaló el Mtro. Luis Batista Urías, Director de Asuntos Estudiantiles de CETYS Universidad Campus Internacional Ensenada. 

“Además de los beneficios de salud que brinda la práctica del deporte y la actividad física al estudiante, también ayuda a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, combate la obesidad y el sobrepeso, disminuye los niveles de estrés y mejora la concentración por lo que su nivel académico aumenta, además fortalece el sistema inmunológico, aumenta el estado de ánimo, disminuye la depresión y aumenta la seguridad interpersonal”.

En las diferentes etapas de la adultez, los efectos son similares, principalmente cuando las exigencias de la vida laboral orillan a las personas a pasar 6 u 8 horas por día sentados frente a la computadora, lo cual fomenta el sedentarismo y las vulnera a sus drásticas consecuencias, como el desarrollo de diabetes, hipertensión, algunos tipos de cáncer y problemas circulatorios, por mencionar algunas.

Durante la tercera edad, mantener el gusto por la actividad física y practicarla de manera habitual, ayuda a prevenir y tratar padecimientos óseos, pues contribuye a mantener un peso adecuado y con ello, además de un estado de salud general, promueve un menor riesgo de sufrir caídas, lesiones, y de desarrollar afecciones cerebrovasculares.

¿Quieres cuidarte más pero nunca has practicado rutinas de ejercicio, y no sabes cómo empezar a hacerlo? Lógralo siguiendo estos consejos:

1.Define, ¿Qué es el ejercicio para ti? Mientras que para un atleta de alto rendimiento la palabra ejercicio representa su ocupación diaria, su pasión y su estilo de vida al 100%, para una persona con ocupaciones como el cuidado de su familia o labores en oficina es algo completamente distinto. Como ves, no existe una definición exacta, así que pregúntate, ¿Qué es hacer ejercicio para ti? Tal vez sea jugar al fútbol 2 o 3 veces por semana, salir a correr al parque, dar paseos en bicicleta, tomar clases de baile, ir a nadar o buscar a un instructor en el gimnasio que te ayude a lograr objetivos específicos. Hay cientos de formas de mover tu cuerpo, elige una para empezar. 

 

2.Empieza a hacerlo: Si lo tuyo es un trote ligero mientras atardece, o muy temprano por la mañana, empieza a hacerlo. Si elegiste inscribirte a un curso de natación, o incorporarte a un equipo de deporte de conjunto, ¡Hazlo!. Ok, lo dijimos anteriormente: Es cierto que lo más difícil es empezar. Pero una vez que des el primer paso, será menos complicado dar los siguientes. 

3.Utiliza recordatorios: Programar una alarma para ayudarte a despertar por la mañana para ir a la escuela o al trabajo, para asistir a una reunión muy importante durante el día, e incluso para no perderte el estreno de tu serie o película favorita, es algo muy normal, ¿No? Bueno, estos recordatorios también son útiles para llegar a tiempo a tu clase de baile, a tu sesión de gym, o al deporte que elegiste practicar. ¡Prográmalos! Serán un gran aliado para mantener tu expectativa y tu motivación, principalmente durante los primeros días de actividad física.

 

4.Consiéntete con pequeñas recompensas: Incorporarte a un ejercicio en específico e indagar en la práctica de actividad física te hará más consciente de la importancia de complementar estos esfuerzos con buenos hábitos de alimentación. Sin embargo, un pequeño snack a la semana luego de lograr la continuidad, no te vendría mal. Busca botanas y platillos saludables para disfrutar como recompensa. Otra forma de premiarte por tu propio esfuerzo es comprar esa prenda o accesorio que desde hace tiempo querías, y que probablemente ahora puedes comprarte, con el dinero que has ahorrado al dejar de llevar a casa comida chatarra (Puntos extra para los buenos hábitos). 

5.Registra tus avances: Llevar cuenta de datos como las medidas, peso y tallas que tenías al iniciar tu práctica deportiva, y notar cómo van cambiando al paso de las semanas, te motivará a seguir cuidándote, y principalmente, a contar con antecedentes que te ayudarán a prevenir los riesgos a la salud que el sedentarismo y el sobrepeso representan, como mencionamos antes en este artículo. 

 

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