Hacer deporte bajo influencia de las buenas amistades

En los momentos bueno y no tan buenos, tener una amiga o amigo es una experiencia enriquecedora cuando hay un mismo propósito.  

 

La amistad que se forja a través de un deporte perdura durante años, se dice por ahí. Porque cuando se practica una disciplina, ya sea en alto o bajo rendimiento, siempre es y será importante crear vínculos con quien se integrar un equipo o grupo de personas.

Cuando se es joven de edad, hacer amistades suele ser una tarea sencilla. Y es que, por mucha madurez que se pretenda presumir, la inocencia e ingenuidad de la adolescencia es demasiado difícil de esconder.

No obstante, a medida que se madura de verdad como seres humanos, puede haber hasta requisitos o condiciones para establecer un vínculo amistoso con quien se comparte el color de una camiseta o proyecto deportivo. Es decir, un enlace sólido que va más allá del compañerismo.

 

“Cuando se trata de amistad, estamos hablando de lazos afectivos entre dos o más personas. La amistad es una rama de las redes de apoyo, donde se encuentran las familias, instituciones, sociedad y las propias amistades (la parte social). En el deporte, las conexiones amistosas suelen ser muy fuertes y de mucho beneficio porque mismas metas, mismas habilidades y mismo equipo”, opinó la Mtra. Lourdes Borja Pérez, coordinadora del Programa de Seguimiento Académico Deportivo en CETYS Universidad Campus Tijuana.

 

Hay específicamente cuatro beneficios en la vida:

  • Apoyo emocional. – Tener una red de apoyo de este tipo puede fungir cuando hay confianza en esa persona, escuchar y/o ser escuchado, retroalimentación, etc.
  • Bienestar mental. – Generar un sentido de pertenencia en cierta área o zona, conexión social y reducción del estrés común. Liberar toda carga emocional positiva o negativa.
  • Crecimiento personal. – Tiene que ver con la automotivación, tener una visión clara de las habilidades y fortalezas, cumplir metas u objetivos y resaltar la autoestima.
  • Hábitos saludables. – Cualquier amistad con una rutina diaria que invita a ser mejor persona, debe ser bienvenida.

Cada vez que hay un punto frente a la red, una carrera anotada, enceste sobre la duela o un gol en la portería, es común ver una celebración del equipo que suma a su causa. Lo mismo sucede cuando no ocurre estos y otros ejemplos, donde cada equipo mantiene alto el ánimo para el siguiente intento.

Sin embargo, no siempre es así la demostración y es aquí donde a veces se puede encender una alerta.

“Puede ocurrir dentro y fuera de cualquier equipo o grupo deportivo -agregó la Mtra . Borja-. Una amistad es mala influencia cuando no concuerda con estos beneficios mencionados. Ninguna persona actúa positivamente cuando te invita a ser o hacer lo contrario a tus hábitos saludables. Y desafortunadamente, hemos visto carreras truncas por estas causas. Por eso es y será importante mantener los pies sobre la tierra, permitiendo tener una visión clara sobre nuestras habilidades y debilidades”.

Tener amigas o amigos en el deporte, ya sea de manera conjunta o individual, debe ser una experiencia enriquecedora que trasciende con el paso de los años, promoviendo el hecho de trabajar en unidad y después seguir con ese apoyo en la vida diaria. Incluso en las adversidades deportivas que promueven el respeto y la empatía.

Son vínculos que no se pueden reemplazar.

Como se dice deportivamente hablando: conexiones que no son enviadas así de fácil a la banca, a la lista de exenciones o dejarlo en libertad.