Los sueños, analizados bajo el sentido de aspiraciones y metas personales, pueden ser una fuente importante de motivación y desempeño para los estudiantes universitarios.

A continuación, se puntualizan algunas maneras en que los sueños pueden influir  significativamente en el rendimiento académico. Esto se da particularmente en la etapa universitaria, justamente cuando un joven transita hacia la edad adulta y la capacidad de soñar puede pasar de ser una experiencia motivadora a una responsabilidad retadora.

Tener un sueño o una visión personal de lo que desear en la vida puede proporcionar una fuerte motivación intrínseca. Cuando los estudiantes están motivados internamente por sus sueños, es más probable que se esfuercen y se comprometan con sus estudios.

La materia prima

La materia prima, como su nombre lo indica, es el elemento principal de algo existente. Pues bien, así como la materia prima puede hacer posible la tangibilización de algo, de la misma manera los sueños tienen el poder de hacer de una idea algo realmente posible. En definitiva, los sueños deberían ser la principal herramienta de un estudiante tomando en cuenta el tremendo poder que tienen. Aprender a usarlos ayudará a incrementar sustancialmente las posibilidades de lograrlos.

Antoine Lavoisier dijo en 1785 que “la materia no se crea ni se destruye, solo se transforma”. La materia prima, no es otra cosa que la materia extraída de la naturaleza, que tiene la capacidad de transformarse para elaborar materiales que posteriormente satisfarán necesidades específicas. Ahora bien, haciendo una “analogía” sobre este caso, los sueños son extraídos de nuestra naturaleza humana. Estos tienen la capacidad de transformarse en acciones; ¿qué tipo de acciones? una gran variedad, pero la que más nos interesa en este texto, es la que consiste en que alguien siga adelante con todas las implicaciones académicas pertinentes para conseguir lo que antes solo existía en su mente, transformándose así en un ser activo y de gran trascendencia para la sociedad.

La capacidad de soñar

El ser humano, desde que tiene uso de razón, se encuentra facultado para soñar usando como referencia las experiencias vividas y la imaginación enfocada en escenarios futuros. Esta capacidad, puede producirnos satisfacción por permitirnos visualizarnos en circunstancias favorables, sin embargo, también puede generarnos incertidumbre cuando no tenemos claridad en lo que deseamos.

Como todas nuestras capacidades, soñar, también puede ser desarrollable. En la medida que vamos creciendo la forma de nuestras aspiraciones va cambiando en función de los obstáculos que se nos presentan y nos vamos adecuando, a veces sin plena consciencia de ello, a lo que PODEMOS hacer y no a lo QUEREMOS hacer.

Existen algunos elementos externos que pueden tener una alta injerencia en nuestros sueños y, por lo tanto, también en nuestras acciones. Algunos de estos elementos pueden ser: las opiniones de los demás, los fracasos previos, las circunstancias que facilitan o limitan y el apoyo de quienes nos rodean.

Las opiniones de los demás

Una opinión ajena a la nuestra, puede ser tan poderosa para impulsarnos como para detenernos. Al compartir nuestros sueños con otros o hacerlos evidentes por nuestra manera de actuar, corremos el riesgo de vernos frente a comentarios destructivos que nos trunquen los objetivos propuestos, o bien, ante opiniones constructivas que sirvan como base para la edificación de nuestras aspiraciones.

Partiendo de lo anterior, los estudiantes universitarios a menudo se encuentran expuestos a todo tipo de opiniones que pueden representar un apoyo o un obstáculo en su carrera. Cuando contemplamos a un estudiante de cualquier nivel, podemos tener la seguridad de que ha llegado hasta donde está motivado por sus sueños, pero también por el entusiasmo externo que ha recibido. Destacar las cualidades que percibimos en alguien que se encuentra estudiando, ser específicos en cuanto a lo que valoramos de su talento y felicitarle sinceramente por algún logro obtenido, puede ser el combustible que un alumno necesita para tener certidumbre en cuanto al camino que ha seleccionado y decidir esforzarse por continuar dando lo mejor de sí en función de su desarrollo.

Los fracasos previos

Así como los sueños pueden ser considerados como la materia prima para la consecución de objetivos, asimismo los fracasos pueden ser la materia prima del aprendizaje. Así es, aprender implica hacer las cosas de manera diferente. Esto permite que vayamos haciendo cambios significativos en nuestra manera de hacer las cosas y que seamos capaces de mejorar la estructura de nuestros caminos con el fin de garantizar el cumplimiento de los objetivos planteados.

Así, un estudiante tendrá que enfrentarse al reto de fracasar una y otra vez, tal vez cuando las cosas no salgan como esperaba en la carrera que seleccionó o cuando se dé cuenta de que en realidad su vocación es otra; sea como fuere, cada vez que esto suceda, su desarrollo se verá altamente impactado por un nuevo aprendizaje, uno que le permitirá ir adquiriendo la experiencia necesaria para no solo llegar a ser un profesionista, sino un profesional. Cuando las empresas buscan que un recién egresado cuente con suficiente experiencia, justamente se refieren a esto, alguien cuyo trayecto por las aulas, prácticas profesionales y servicio social, no solo le dejó habilidades técnicas, sino el carácter para afrontar fracasos, aprender de ellos e innovar a partir de la frustración.

Las circunstancias que facilitan o limitan

El entorno en donde nacemos y crecemos es meramente circunstancial. Algunas de las situaciones que experimentamos durante nuestro proceso de maduración, nos hacen más sencillo el trayecto hacia el logro de nuestros sueños, tales como una familia que nos valora, el acceso a educación de calidad, capacitación que potencie nuestros talentos, etc. Del mismo modo, también existen factores que pueden resultar limitantes como la ausencia de recursos económicos, la falta de atención de los padres o el no poder acceder a la calidad educativa que quisiéramos.

Para efectos de mantener el enfoque en el aprendizaje, podemos decir que las circunstancias limitantes en realidad son OPORTUNIDADES para buscar soluciones que nos permitan avanzar; sin embargo, dichas oportunidades, no necesariamente son para quienes están en medio de la situación desfavorable, sino para quienes somos espectadores y tenemos la intención de ayudar.

El apoyo de quienes nos rodean

La fuerza sustentadora que rodea a un estudiante universitario con sueños de convertirse en un exitoso profesionista, es sin duda la plataforma más necesaria en el proceso del cumplimiento aspiracional.

La empatía, nos permitirá entender el sentir de un alumno con circunstancias limitantes, pero la compasión será la fuerza impulsora que nos motive a hacer algo al respecto.

Para que los sueños de un estudiante se hagan realidad, la motivación debe fluir desde dos fuentes: el joven y las personas que decidan apoyarlo.

Existen diversas maneras de apoyar a un estudiante, basta con acercarnos a la Universidad para recibir todas las opciones de unirnos a la causa y adoptar sueños que son ajenos, como si fueran propios.

Algunos jóvenes que deciden poner un alto a su educación, no lo hacen simplemente por estar desanimados debido a sus circunstancias limitantes, sino que en muchas ocasiones se encuentran desmotivados para seguir. El desánimo es justo eso, falta de ánimo o entusiasmo, pero la desmotivación es más peligrosa, ya que se trata de la ausencia de motivos.