Debe la comunidad educativa lograr que las aulas sean entornos accesibles y espacios inclusivos

Se trata de un reto que debe superarse para garantizar el acceso a la educación de personas con dificultades de comprensión y discapacidades, explicó la Doctora Diana Cabezas Gómez, Cátedra Distinguida PIMSA de CETYS

Hacer que los planes de estudio y dinámicas de clase sean accesibles cognitivamente para todos los alumnos, sin importar cuáles sean sus dificultades de comprensión, de atención o de memoria, es un reto que debe atender la comunidad educativa para lograr una verdadera inclusión al interior de las aulas.

Así lo explicó la Doctora Diana Cabezas Gómez, Doctora en Psicología por la Universidad de Deusto, ubicada en Bilbao, España y Cátedra Distinguida PIMSA de CETYS Universidad, durante su visita al Campus Mexicali, donde impartió la conferencia magistral Entornos Accesibles, Espacios Inclusivos.

Detalló que la integración de las personas con capacidades diferentes y necesidades especiales empieza fuera de la escuela, en aspectos cotidianos como la señalización de espacios públicos, la planeación de eventos masivos y, principalmente, en las relaciones interpersonales.

“Las personas también podemos ser accesibles, esta es una clave muy potente: Cuando uno entiende que, con su actitud, con su forma de comprender, y con determinadas estrategias uno se convierte en una persona accesible, realmente es un motor de cambio del entorno”.

A través de la combinación de espacios comprensibles, del otorgamiento de recursos para impulsar acciones que promuevan la equidad, y de la plena disposición de las personas para fomentar entornos accesibles y espacios inclusivos, es como éstos pueden ser una realidad.

Trasladados al ámbito educativo, los elementos y esfuerzos anteriormente descritos, añadió, deben enfocarse en lograr que la oferta curricular sea accesible, cognitivamente hablando, para todos los alumnos, sin distinguir sus dificultades de comprensión, de atención, de memoria, de lectura, o cualquier otra.

“Ocurre que a veces las personas con discapacidad intelectual, por las dificultades que se les presentan, acaban evitando asistir a estos espacios, acaban evitando tener que gestionar de manera autónoma estos entornos, y esto merma su independencia, merma su autonomía y algo mucho más importante, merma su derecho a acceder a los espacios inclusivos como cualquier ciudadano o ciudadana”, explicó la catedrática.

Para lograr que los docentes y directivos de planteles escolares sean capaces de diseñar programas educativos e impartir clases inclusivas en medio de entornos accesibles, es fundamental (Además de su disposición y actitud para hacerlo) cambiar paradigmas, y esto se logra manteniendo una constante actualización y preparación profesional.

“La importancia recae en focalizar bien cuál es el problema. Si nosotros seguimos viendo cuáles son las dificultades inherentes a la persona viniendo de una dificultad de atención, cognitiva, de una condición de salud que pueda suponer una merma en sus capacidades de comprensión de los entornos, seguimos en un paradigma centrado en el déficit, centrado en lo que le falta a la persona y, por tanto, teóricamente debería ser subsanado a través de programas, de intervenciones, cuando no es así”.

“A lo que me refiero y lo que propongo, es a lograr un cambio de perspectiva, girando hacia los entornos. Incluso para aquéllas personas que, sin tener limitaciones cognitivas evidentes, puede ser que, por su edad avanzada, su nivel cultural, sus dificultades para comprender un idioma, puedan beneficiarse justamente de esos espacios comprensibles, de esos espacios fáciles de entender”.

Aunque el camino hacia el logro de estos entornos accesibles y espacios inclusivos es largo y cambiante, debido a los nuevos retos que van apareciendo en el transcurrir del tiempo, los profesionales de la educación pueden iniciar hoy un trayecto exitoso haciéndose de herramientas que les permitan aportar, en el ejercicio de sus labores diarias, lo que les corresponde para que ambos sean una realidad.

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