Blue Monday: Qué es y cómo sobrellevarlo

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El tercer lunes de cada enero es considerado el día más triste del año. Te decimos por qué y cómo salir bien librado de esta fecha

La combinación de factores como la nostalgia por dejar atrás la temporada de fiestas decembrinas, la resaca financiera generada por las deudas adquiridas para costear regalos, viajes y reuniones navideñas, así como la dificultad para conseguir objetivos y propósitos de año nuevo poco realistas, llevaron al psicólogo galés Cliff Arnall a proponer que dichas circunstancias hacen a quienes las viven experimentar el día más triste del año, cada tercer lunes de enero.

Fue a partir su formulación en el año 2005 que, con ayuda de internet y sus redes sociales, esta hipótesis alcanzó gran popularidad y aceptación, haciendo que cada año, millones de personas en todo el mundo reconozcan al tercer lunes del año como el Blue Monday. De acuerdo con el calendario, el día más deprimente del 2020 será el 20 de enero.

Las bajas temperaturas que caracterizan al invierno, la necesidad de reincorporarse a las actividades laborales y escolares, así como la llegada de los estados de cuenta del mes de diciembre que pueden evidenciar nuestros excesos, hacen que adoptemos con facilidad la emoción de estar viviendo el día más triste del año, explicó la Maestra Ivón Guerrero Ceballos, Directora de la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Mexicali.

“Es un reflejo del malestar de ya no tener lo que tuvimos, por ejemplo, las vacaciones, la cercanía de familiares, y en general es un despertar que nos hace ver que se acabó la fiesta y hay que seguir trabajando”.

Cansancio, desgaste y desmotivación son señales que manifiestan quienes se ven afectados por este evento anual. Es recomendable que, durante el episodio de tristeza, las personas afectadas se desenvuelvan en lugares iluminados con luz solar, pues se trata de un estímulo que naturalmente nos ayuda a sentirnos bien.

Aunque las dificultades económicas tienen una gran influencia en este sentir de las personas, otro factor que las hace sentirse tristes y sin motivación es enfrentarse con que ha transcurrido casi todo el primer mes del año, y no se ha empezado a trabajar en el incumplimiento de los propósitos de año nuevo, que generalmente son fantasiosos y difíciles de lograr.

Eliminar falsas expectativas, planear con anticipación las actividades que se deben realizar, hacer un plan financiero para cumplir las responsabilidades económicas, así como no exigirse demasiado y reincorporarse de manera paulatina a sus hábitos, son formas de superar la tristeza del Blue Monday y sus días posteriores, señaló la especialista.

“Debemos reconocer que a veces fantaseamos demasiado, así que se vale, aunque sea la tercera semana del año, plantearnos objetivos realistas, metas claras, pequeñas y que podamos ver realizadas con trabajo diario, en lugar de querer alcanzar metas complicadas a corto plazo”.

Además de llevar a cabo lo anterior, la Maestra Guerrero Ceballos recordó la importancia frecuentar a seres queridos y personas que compartan objetivos, para que influyan positivamente en el cumplimiento de los propósitos fijados. “Somos seres sociales, actividades como salir a caminar, conversar y mantener un buen ambiente en el trabajo, además de ser gratuitas, nos ayudan a que los días difíciles sean más llevaderos”.

¿Cuándo preocuparse?

La desmotivación y tristeza del Blue Monday no deberían durar mucho más que un par de días. Cuando el estado de ánimo de una persona no mejora o se presentan dificultades para retomar el ritmo habitual de sus actividades es importante mantener cercanía y brindar apoyo.

“Si la persona duerme demasiado o deja de dormir; si come demasiado o deja de comer, o abandona aquéllas actividades que formaban parte de su vida cotidiana y que hacía con gusto, probablemente sea una alarma que nos indica que está pasando algo. Los cambios drásticos de hábitos pueden indicarnos que tenemos que preocuparnos y ocuparnos de alguna situación”, señaló la Directora.

Cuando se detectan estas señales que indican que se está perdiendo la normalidad, agregó, es importante buscar ayuda especializada.

“Hay que recordar que no solo en año nuevo podemos plantearnos metas y objetivos; cada día podemos hacer algo diferente y vivir nuevas experiencias. Por otro lado, sentirnos ligeramente tristes es natural y nos permite ver qué se siente la felicidad, diferenciar y valorar nuestros estados de ánimo. En cualquier caso, no tengamos miedo de acercarnos con un profesional, preguntar, indagar. Quizá sea normal lo que se está viviendo, pero tal vez nos encontremos con algo que resulte importante y necesario atender a tiempo”, concluyó.

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